NOTAS

1 Jean-Pierre Berthe, "Aspectos de la esclavitud de los indios en la Nueva España durante la primera mitad del siglo XVI", p. 73, describe la lista de esclavos indios de las minas argentíferas del marqués del Valle en Taxco, procedentes de Guatemala, Tututepec, Colima, Pánuco, Zacatlán, Tlaxcala, Cholula, México, Texcoco, quienes convivían con un grupo de africanos. 

2 Por lo menos 2 000 000 de km2 fueron incorporados en sólo 20 años, entre 1520 y 1540, con las conquistas españolas de Mesoamérica y Perú. Véase Pierre Chaunu, Conquista y explotación de los nuevos mundos, 1984, p. 15. [regresar al texto]

3 Véase Pierre Chaunu, Las Filipinas y el Pacífico de los ibéricos. Siglos XVI, XVII y XVIII[regresar al texto]

4 Véase Carmen Yuste, Emporios transpacíficos, pp. 359-381. [regresar al texto]

5 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, El pasado indígena, p. 55. De hecho, fray Bartolomé no sólo distinguía ciertos rasgos culturales que compartían los diversos pueblos de Guatemala y la Nueva España, sino que además delimitaba el área con cierta precisión. [regresar al texto]

6 Eduardo Matos Moctezuma, "Mesoamérica", p. 97. [regresar al texto]

7 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 55. [regresar al texto]

8 Paul Kirchhoff, "Mesoamérica. Sus límites geográficos, composición étnica y características culturales", pp. 28-45. Este texto fue reeditado en 1960 y en 1967. En su segunda edición, Kirchhoff solicitó la crítica constructiva por parte de otros investigadores, pero ésta llegó mucho más tarde. El autor apuntaba en su segunda edición: "Concebí este estudio como el primero de una serie de investigaciones que trataran sucesivamente de estos problemas, anticipando que la mayor parte de esta tarea deberían tomarla otros a su cargo. Con esta esperanza quedé defraudado, pues mientras que muchos han aceptado el concepto 'Mesoamérica', ninguno, que yo sepa, lo ha hecho objeto de una crítica constructiva o lo ha aplicado o desarrollado sistemáticamente." [regresar al texto]

9 Ibid., p. 30. [regresar al texto]

10 Ibid., p. 32. [regresar al texto]

11 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 67. [regresar al texto]

12 Ibid., p. 75. [regresar al texto]

13 Hubo casos, como en las tierras bajas mayas, donde la conquista española fue sumamente tardía. El reino de Tayasal, ubicado en una isla dentro del lago Petén Itzá en Guatemala, cayó en manos de los conquistadores hasta el año 1697. [regresar al texto]

14 Es importante aclarar que agricultura y sedentarismo no son procesos simultáneos, y que el sedentarismo no es, necesariamente, resultado del trabajo agrícola. Hay evidencias arqueológicas que muestran asentamientos permanentes de grupos humanos cuya actividad principal no era la agricultura. [regresar al texto]

15 La obsidiana es un vidrio volcánico que se produce debido al rápido enfriamiento del magma. Sus características físicas lo hicieron un material muy utilizado en la fabricación de navajas, puntas de proyectil, cuchillos bifaciales y adornos, entre otros objetos. [regresar al texto]

16 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 66. [regresar al texto]

17 Emily McClung, "La domesticación de las plantas alimenticias. El origen de la agricultura", p. 45. [regresar al texto]

18 McClung apunta que la domesticación "implica una serie de cambios genéticos en las plantas, los cuales generalmente afectan a los mecanismos de dispersión y fertilización, creando una dependencia de la planta a los cuidados del hombre para asegurar su reproducción efectiva". En cambio, el cultivo de plantas no necesariamente implica domesticación, ya que se pueden cuidar ciertas plantas para asegurar su crecimiento sin tener que generar cambios genéticos. Ibid., p. 48. [regresar al texto]

19 Emily McClung y Judith Zurita, "Las primeras sociedades sedentarias", p. 269. [regresar al texto]

20 Joyce Marcus y Kent Flannery, La civilización zapoteca, pp. 58-62. [regresar al texto]

21 Ibid., p. 270. [regresar al texto]

22 Emily McClung, op. cit., p. 48. [regresar al texto]

23 El término agricultura no se refiere sólo al cultivo de plantas, significa el "establecimiento de un sistema de subsistencia humana, en el cual domina la producción y consumo de alimentos agrícolas". Idem. [regresar al texto]

24 Hay que tomar en cuenta que estos ejemplos tempranos de cerámica no son los primeros que se realizaron. Los primeros intentos debieron ser de una calidad pobre, que no ha permitido que superen el paso del tiempo y que puedan ser hallados por los arqueólogos. [regresar al texto]

25 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 76. [regresar al texto]

26 Denominados por Griselda Sarmiento como unidades domésticas, en "La creación de los primeros centros de poder", p. 343. [regresar al texto]

27 Griselda Sarmiento, op. cit., p. 343. [regresar al texto]

28 Idem. [regresar al texto]

29 Ibid., p. 346. [regresar al texto]

30 Walburga Wiesheu, "La zona oaxaqueña en el Preclásico", p. 412. [regresar al texto]

31 Ibid., p. 418. [regresar al texto]

32 Joyce Marcus y Kent Flannery, op. cit., p. 155. La fecha de elaboración de este monumento se ha calculado hacia el año 600 a. C., aunque hay algunos investigadores que lo consideran más tardío. [regresar al texto]

33 La característica de los ojos cerrados es un rasgo típico de la iconografía mesoamericana para representar a la gente muerta. [regresar al texto]

34 Aunque en una publicación reciente, Urcid, uno de los expertos en escritura zapoteca, ha interpretado el glifo del día como "ojo", en este caso el nombre del cautivo sacrificado sería: "1-Ojo". Javier Urcid, Zapotec Writing. Knowledge, Power, and Memory in Ancient Oaxaca, véase fig. 1.3. [regresar al texto]

35 Es necesario distinguir estos olmecas del periodo Preclásico medio de los olmecas históricos, también conocidos como olmecas-xicalancas, que tuvieron presencia en la cuenca de México durante el periodo Epiclásico. [regresar al texto]

36 Hay evidencias de estos artefactos en Gualupita, en el Centro de México; en las cuevas de Oxtotitlan, en Guerrero; en Chiapas y hasta en El Salvador, en Centroamérica. [regresar al texto]

37 Rebeca González, "La zona del Golfo en el Preclásico: la etapa olmeca", p. 364; Richard Diehl, The Olmecs. America's First Civilization, p. 29. [regresar al texto]

38 Rebeca González, op. cit., p. 370. [regresar al texto]

39 Ibid., p. 381. [regresar al texto]

40 Idem[regresar al texto]

41 Lorenzo Ochoa, "Los olmecas", p. 63. [regresar al texto]

42 Rebeca González, op. cit., p. 374. [regresar al texto]

43 Richard Diehl, op. cit., p. 98. [regresar al texto]

44 Karl Taube, Olmec Art at Dumbarton Oaks, pp. 13 y ss. [regresar al texto]

45 En la iconografía más tardía de Mesoamérica, esta figura que lleva el personaje del relieve, es denominada en náhuatl xonecuilli, y está asociada con las nubes y el relámpago [regresar al texto]

46 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 86. [regresar al texto]

47 David Grove, "La zona del Altiplano Central en el Preclásico", p. 532. [regresar al texto]

48 Ibid., p. 533. [regresar al texto]

49 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 87. [regresar al texto]

50 Con el término clásico se quiso equiparar este periodo del pasado prehispánico con el periodo clásico grecolatino, cuando las artes alcanzaron su mayor nivel. [regresar al texto]

51 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 99. [regresar al texto]

52 Ibid., p. 102. [regresar al texto]

53 Ortogonal se refiere a un arreglo de ejes perpendiculares o en ángulo recto, a manera de un tablero de ajedrez. [regresar al texto]

54 Linda Schele y David Freidel, A Forest of Kings; David Stuart, "The Arrival of the Strangers". [regresar al texto]

55 Alfredo López Austin, "La historia de Teotihuacan". [regresar al texto]

56 Esta forma de gobierno parece estar representada, simbólicamente, en la famosa Vasija de Calpulalpan. Es un cajete en donde están grabados cuatro personajes, acompañados de cuatro animales. Es posible que cada uno de los personajes representados sea el dirigente de cada sector de la ciudad. Al centro de la vasija, hay una efigie del dios Tláloc. Es necesario mencionar que el nombre de Tláloc fue dado a esta deidad por los mexicas, pero desconocemos el nombre que le otorgaron los teotihuacanos. [regresar al texto]

57 Para un mayor entendimiento, utilizo los nombres en náhuatl, tomados de los dioses mexicas que conservaron los mismos atributos con que se representan en el arte teotihuacano. Sin embargo, esto no quiere decir que llevaran los mismos nombres durante el periodo Clásico. [regresar al texto]

58 Nikolai Grube, Los mayas. Una civilización milenaria. [regresar al texto]

59 Antonio Benavides, "El sur y centro de la zona maya en el Clásico", p. 88. [regresar al texto]

60 K'uhul ajaw significa "señor divino" en lengua maya clásica. [regresar al texto]

61 Antonio Benavides, op. cit., p. 89. [regresar al texto]

62 El glifo emblema está compuesto por glifos constantes y un glifo que varía según la entidad política a la que haga referencia. Los glifos que siempre aparecen son: un prefijo que Eric Thompson llamó del "Grupo Acuático", que en lengua maya antigua se leía K'uhul, que significa "divino" o "sagrado"; y otro glifo que se leía Ajaw, "Señor". De esta forma, los glifos emblema se traducirían de la siguiente manera: "El Señor Divino de (nombre de la entidad política)". [regresar al texto]

63 Simon Martin y Nikolai Grube, Crónica de los reyes y reinas mayas. [regresar al texto]

64 Marcus Winter, "La zona oaxaqueña en el Clásico", p. 61. [regresar al texto]

65 Idem. [regresar al texto]

66 Idem. [regresar al texto]

67 Jürgen Brüggemann, "La zona del Golfo en el Clásico", p. 13. [regresar al texto]

68 Ibid., p. 18. [regresar al texto]

69 El yugo, la palma y el hacha son representaciones simbólicas en piedra de objetos utilizados durante el juego de pelota, que fueron elaborados en otros materiales. [regresar al texto]

70 Jürgen Brüggemann, op. cit., p. 26. [regresar al texto]

71 Idem. [regresar al texto]

72 Ibid., p. 32. [regresar al texto]

73 Rodolfo Fernández y Daria Deraga, "La zona occidental en el Clásico", p. 170. [regresar al texto]

74 Ibid., p. 171. [regresar al texto]

75 Idem. [regresar al texto]

76 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., pp. 161-164. [regresar al texto]

77 Ibid., p. 175. [regresar al texto]

78 Idem. [regresar al texto]

79 Genéricamente llamados chichimecas o bárbaros. [regresar al texto]

80 Ibid., p. 176. [regresar al texto]

81 Es importante aclarar que los hechos referidos en las fuentes históricas mezclan sucesos históricos con sucesos míticos, por eso es necesario realizar un análisis cuidadoso de las fuentes al tratar de reconstruir la historia de estos pueblos. [regresar al texto]

82 Xavier Noguez, "La zona del Altiplano central en el Posclásico: la etapa tolteca", p. 212. [regresar al texto]

83 Una sala hipóstila es aquel espacio cubierto con techos planos sostenido por columnas. [regresar al texto]

84 El tzompantli era un espacio donde se colocaban cráneos humanos ensartados en varas horizontales o verticales. También existen representaciones del tzompantli esculpidos en piedra. [regresar al texto]

85 Xavier Noguez, op. cit., p. 232. [regresar al texto]

86 Ibid., p. 233. [regresar al texto]

87 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 192. [regresar al texto]

88 De aquí el nombre de mexicas o gente de Mexi. Siempre será más correcto referirse a este grupo como mexicas que como aztecas. [regresar al texto]

89 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 195. [regresar al texto]

90 Este sistema de gobierno tripartita ya había sido instituido en la cuenca de México previo a la llegada de los mexicas, entre Azcapotzalco, Coatlinchan y Culhuacan. [regresar al texto]

91 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, op. cit., p. 196. [regresar al texto]

92 Singular de pipiltin. [regresar al texto]

93 Singular de calpultin[regresar al texto]

94 Aunque el nombre de cihuacoátl haga referencia a una mujer, el cargo sólo era ejercido por un hombre. Sin embargo, correspondía a la parte femenina del gobierno; el tlatoani era la parte masculina del gobierno. Lo anterior estaba basado en los principios de dualidad de la cosmovisión mexica. [regresar al texto]

95 Ibid., p. 207. [regresar al texto]

96 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, Mito y realidad de Zuyuá. [regresar al texto]

97 Kukulcán significa en maya yucateco "Serpiente emplumada". Se trata de la versión maya de Quetzalcóatl. [regresar al texto]

98 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, El pasado indígena, p. 244. [regresar al texto]

99 Ibid., p. 245. [regresar al texto]

100 Loc. cit. [regresar al texto]

101 Ibid., p. 229. [regresar al texto]

102 Loc. cit[regresar al texto]

103 Ibid., p. 232. [regresar al texto]

104 Ibid., p. 234. [regresar al texto]

105 Recordemos que uno de los elementos básicos del periodo Posclásico fue el descubrimiento del trabajo de la metalurgia. Las investigaciones sobre el tema apuntan que los conocimientos sobre el trabajo del metal llegaron a Mesoamérica desde Sudamérica. [regresar al texto]

106 Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, El pasado indígena, p. 235. [regresar al texto]

107 Ibid., p. 237. [regresar al texto]

108 Jerónimo de Alcalá, La relación de Michoacán[regresar al texto]

109 Ben Vinson III ofrece una síntesis historiográfica en "La historia del estudio de los negros en México", pp. 19-73. Véase también María Elisa Velázquez, Poblaciones y culturas de origen africano en México. Una posición enriquecedora es ofrecida por Odile Hoffmann, "Negros y afromestizos en México: viejas y nuevas lecturas de un mundo olvidado", pp. 103-135. [regresar al texto]

110 Todavía en los años sesenta, los historiadores y antropólogos dedicados a estudiar la raíz africana en México debían advertir a sus lectores que la localización espacial de su tema era poco conocida. Gracias a las investigaciones de María de la Luz Martínez Montiel, Nicolás Ngou-Mvé, María Elisa Velázquez y Araceli Reynoso, la herencia africana de México es hoy un tema consolidado. Todos ellos reconocen en Gonzalo Aguirre Beltrán al precursor de los estudios afromexicanos. [regresar al texto]

111 Véase Phillip Curtin, The Atlantic Slave Trade: a census, pp. 3-49. Luz María Martínez Montiel estableció que "el número de los que llegaron a América se calcula entre 30 y 40 millones", en Afroamérica I. La ruta del esclavo, p. 25. [regresar al texto]

112 Véase la opinión de Enriqueta Vila Vilar, Hispanoamérica y el comercio de esclavos. Los asientos portugueses, p. 2. [regresar al texto]

113 El Tratado de Tordesillas fue precedido por las bulas papales de Alejandro VI, emitidas en mayo de 1493, que confirieron dominio a la Corona hispánica sobre los territorios descubiertos y por descubrir, así como obligación de evangelizar a la población. Véase Silvio Zavala, Las instituciones jurídicas en la conquista de América, pp. 30-43. [regresar al texto]

114 Sobre la dimensión, causas y consecuencias de la crisis demográfica de la población nativa en América continental tras la conquista y colonización europea existió un intenso debate historiográfico. Véase Carlos Sempat, "La despoblación indígena en Nueva España y Perú y la formación de la economía colonial", pp. 419-449. [regresar al texto]

115 Felipe II invadió Portugal en 1580-1581, y los lusitanos fueron gobernados por el monarca español hasta 1640, cuando se produjo la rebelión por la que Portugal se escindió de la monarquía hispánica. Véase John Lynch, Los Austrias. 1516-1700, pp. 365-373. También Groffrey Parker, Felipe II, pp. 74-80. [regresar al texto]

116 Véase Gonzalo Aguirre Beltrán, La población negra de México. Estudio etnohistórico, pp. 81-95. [regresar al texto]

117 Ibid., p. 19 y ss. También Stuart Schwartz, "Brasil colonial: plantaciones y periferias, 1580-1750", pp. 191-259. [regresar al texto]

118 Véase Margarita Menegus, "La destrucción del señorío indígena y la formación de la república de indios en la Nueva España", pp. 17-49. [regresar al texto]

119 Véase Ida Altman, "Spanish society in Mexico city after the conquest", pp. 413-445. [regresar al texto]

120 Nicolás Ngou-Mvé, El África bantú en la colonización de México, p. 35 y ss. [regresar al texto]

121 Aunque la extensión del territorio que los europeos identificaban con Guinea experimentó transformaciones. Véase Aguirre Beltrán, op. cit., pp. 114-123. [regresar al texto]

122 Ibid, pp. 123-129. [regresar al texto]

123 Desde finales de 1493 la Corona portuguesa fomentó el tráfico de esclavos de Santo Tomé a Mina. [regresar al texto]

124 Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 43 y ss. [regresar al texto]

125 Ibid., pp. 45-55. [regresar al texto]

126 En 1509, Manuel "El Afortunado", rey de Portugal, dotó de un reglamento particular a la Casa da Inda, que tuvo como antecedentes las casas de Guinea y de Mina. Tras la exploración de Vasco de Gama, la misma institución se organizó en estas tres nomenclaturas en función del origen de las mercancías. Véase István Szászdi, "La Casa de la Contratación de Sevilla y sus hermanas indianas (1503-1511)", p. 125 y ss. [regresar al texto]

127 Su función política principal fue la intermediación entre los intereses de los miembros del Consejo de Hacienda y los del Consejo de Indias. Véase Enriqueta Vila, op. cit., p. 61. [regresar al texto]

128 Gonzalo Aguirre, op. cit., p. 27. Aguirre establece que el precio pasó de 2 ducados por licencia, en 1513, a 30 ducados por licencia en 1561, más el impuesto de aduanilla que era de 20 reales. Véase Vila Vilar, op. cit., p. 23, n. 1. [regresar al texto]

129 Por ejemplo, en 1518 el gobernador de Bresa y miembro del Consejo de Estado, Laurent de Gouvenot, obtuvo el privilegio real de introducción de 4 000 esclavos a las Indias, que negoció por 25 000 ducados con comerciantes genoveses radicados en Sevilla. Véase Gonzalo Aguirre, op. cit., pp. 17-18. Para la diferencia entre licencias de merced, comerciales y de contrato, véase Germán Peralta, El comercio negrero en América Latina (1595-1640), pp. 19-30. [regresar al texto]

130 Ibid., p. 27. [regresar al texto]

131 Enriqueta Vila, op. cit., pp. 23-58. [regresar al texto]

132 La Corona percibió una renta fija acordada con cada asentista, entre 100 000 y 120 000 ducados anuales durante todo el periodo de 1595 a 1640, lo que le permitió colocar empréstitos, llamados juros, lo que convirtió a las licencias en valores de cambio. Véase Gonzalo Aguirre, op. cit. p. 25.; Rolando Mellafe, Breve historia de la esclavitud en América Latina, p. 28; Enriqueta Vila, op. cit., p. 88, quien ofrece estimaciones netas para los años 1606 a 1617 expresadas en maravedís. [regresar al texto]

133 Véase la opinión de Ngou-Mvé sobre los cálculos de Vila y sus propias estimaciones, en op. cit., pp. 149-169. [regresar al texto]

134 Véase Carlos Sempat, "La organización económica espacial del sistema colonial", pp. 17-63. [regresar al texto]

135 Ibid. p. 28. [regresar al texto]

136 Véase Enriqueta Vila, op. cit., pp. 42 y ss. También Germán Peralta, op. cit., pp. 93-111. [regresar al texto]

137 Enriqueta Vila, op. cit., pp. 93 y ss. [regresar al texto]

138 Hasta antes del siglo xv las manufacturas y la transformación de metales se desarrollaron en África con superioridad de Europa, Asia y América. Véase Michael Conniff y Thomas J. Davis, Africans in the Americas, a history of the black diaspora, pp. 30 y ss. [regresar al texto]

139 Véase Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 156-170. [regresar al texto]

140 Véase Enriqueta Vila, op. cit., Apéndices, "Cuadro1. Navíos Negreros registrados en la Casa de la Contratación". [regresar al texto]

141 Ciento setenta y tres navíos negreros entre 1596 y 1640, si se suman los consignados en las cuentas de los oficiales reales entre 1604 y 1640 y los llegados bajo el asiento de Pedro Gómez Reynel, entre 1596 y 1601, organizados respectivamente en el cuadro 3 y el cuadro 2-II de Enriqueta Vila, op. cit. Apéndices. [regresar al texto]

142 De los 173 navíos llegados a Veracruz entre 1596 y 1640, 88.5% (153) declaró traer esclavos procedentes de Angola y sólo en 13 casos de ese porcentaje la procedencia se consignó en Santo Tomé. [regresar al texto]

143 Véase Vila Vilar, op. cit., Apéndices, cuadros 1 y 2-II. Ngou-Mvé incorpora en sus estimaciones los efectos de "la cédula de manifestación" y la carga de repuesto. [regresar al texto]

144 Véase Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 98-147. [regresar al texto]

145 Ibid., p. 169. [regresar al texto]

146 Véase Bernard Clist y Raymond Lafranchi, "Arqueología e historia africana". [regresar al texto]

147 La partícula ntú designa al ser humano; su prefijo mu, el singular, y su prefijo ba, el plural. Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 14. Véase también J. Vansina, "África ecuatorial y Angola. Las migraciones y la aparición de los primeros estados", pp. 573-598. [regresar al texto]

148 Ibid., p. 583. [regresar al texto]

149 Michael Conniff, op. cit, p. 28. [regresar al texto]

150 Michael Conniff, op. cit., p. 29 y ss. [regresar al texto]

151 Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 23. [regresar al texto]

152 E. Niziem, "El África Central antigua: hombres y estructuras", p. 257, citado en Ngou-Mvé, op. cit., p. 25. [regresar al texto]

153 J. Vansina, op. cit., p. 591. [regresar al texto]

154 Véase Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 28-31. También J. Vansina, op. cit., pp. 593-594. [regresar al texto]

155 Ibid., p. 596. [regresar al texto]

156 Loc. cit[regresar al texto]

157 Ibid., p. 595. Véase también Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 26. [regresar al texto]

158 J. Vansina, op. cit., p. 595. [regresar al texto]

159 Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 51-52. [regresar al texto]

160 Loc. cit[regresar al texto]

161 Annie Merlet, Autour de Loango (siecles XIV-XIX), p. 136, citado en Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 54. [regresar al texto]

162 Para la discusión sobre el origen jaga y su vinculación con la etnia bhangala véase Adriano Parreira, Economia e sociedade em Angola na época da rainha Jinga (século XVII), p. 159, citado en Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 60-66. También J. Vansina, op. cit., p. 592. [regresar al texto]

163 Aguirre Beltrán informa que durante el periodo temprano del comercio de esclavos, en el siglo XVI, México jugó un papel importante en la regulación del tráfico de seres humanos. Véase Gonzalo Aguirre, op. cit., p. 16. [regresar al texto]

164 Véase John Elliot, "Cortés, Velázquez and Charles V". [regresar al texto]

165 Gonzalo Aguirre, op. cit., pp. 25-27. [regresar al texto]

166 Enriqueta Vila, op. cit., p. 213; Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., pp. 76-77; Gonzalo Aguirre, op. cit., p. 201, ofrece una explicación multicausal, previa a la "escuela de Berkeley"; Colin A. Palmer, Slaves of the white god[regresar al texto]

167 Enriqueta Vila, op. cit., p. 215. [regresar al texto]

168 Peter Bakewell, "La minería", p. 70. [regresar al texto]

169 Nicolás Ngou-Mvé, op. cit., p. 83. [regresar al texto]

170 Martínez Montiel, con base en Vila, informa que en 1636 en las minas de Zacatecas se solicitaron 500 esclavos africanos anuales, petición que se renovó en 1638 especificando que los esclavos podrían ser de los llamados "cafres" que transportaba el galeón de Manila. Luz María Martínez, op. cit., p. 242. [regresar al texto]

171 En 1666, el trabajo esclavo africano constituyó 59% del total en los obrajes cercanos a la ciudad de México. Véase Luz María Martínez, ibid., p. 243. [regresar al texto]

172 O dile Hoffmann, op. cit., p. 127. [regresar al texto]

173 U n panorama general en David Davidson, "El control de los esclavos negros y su resistencia en el México colonial, 1519-1650", pp. 79-98. [regresar al texto]

174 María Elisa Velázquez, Mujeres de origen africano en la capital novohispana, siglos XVII y XVIII, pp. 147-148. Para reforzar su argumento, cita los datos presentados por Frederik Bowser en 1975 para la ciudad de México durante el periodo de 1580 a 1650, donde 62% de las manumisiones correspondieron a mujeres o niños. [regresar al texto]

175 Véase Fernando Winfield, "La sublevación de esclavos en Córdoba en 1735". [regresar al texto]

176 Davidson, interpretando la información del jesuita Juan Laurenciano, definió el origen cultural de Yanga como bron, un subgrupo de la cultura akán. David Davidson, op. cit., p. 90. núm. 11. Sin embargo, Ngou-Mvé ha demostrado el origen bantú del dirigente cimarrón: Nicolás Ngou-Mvé, "El cimarronaje como forma de expresión del África bantú en América colonial. El ejemplo de Yanga en México", pp. 39-41. [regresar al texto]

177 Ibid., p. 42 y ss. [regresar al texto]

178 David Davidson, op. cit., p. 95; Nicolás Ngou-Mvé, ibid., p. 45. [regresar al texto]

179 Algunos historiadores han señalado el carácter de "leyenda urbana" de las rebeliones de esclavos africanos en las ciudades novohispanas, sobre todo en la ciudad de México. Explican que fue más el temor de los vecinos españoles que se reflejó en los documentos y en algunas medidas de punición adoptadas por las autoridades que la realidad de las rebeliones. Véase Edgar Mejía, "La ciudad amenazada: rebeliones de negros y fantasías criollas en una crónica de la ciudad de México del siglo XVII", pp. 7-23. [regresar al texto]

180 Gonzalo Aguirre, op. cit., p. 23; David Davidson, op. cit., p. 80. [regresar al texto]

181 Nicolás Ngou-Mvé, "El cimarronaje...", p. 32. [regresar al texto]

182 María Elisa Velázquez, op. cit., pp. 324-331; Jonathan Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México colonial, 1610-1670, pp. 76-80. [regresar al texto]

183 Véase Gibran Bautista, 1624: historia de una rebelión olvidada[regresar al texto]

184 Véase Natalia Silva, La política de una rebelión, los indígenas frente a la rebelión de 1692 en la ciudad de México, p. 288 y ss. [regresar al texto]

185 Véase Felipe Castro, Movimientos populares en Nueva España. Michoacán, 1766-1767, pp. 141 y ss. [regresar al texto]

186 Véase Solange Alberro, Inquisición y sociedad, pp. 462-472. [regresar al texto]

187 Estas ideas se desarrollan con más detalle en Clara Inés Ramírez, "La hermenéutica de la historia y la importancia de explicar la historia mundial desde México". [regresar al texto]

188 Ricardo Martínez Lacy, Historiadores e historiografía de la antigüedad clásica, p. 32. [regresar al texto]

189 El historiador inglés Moses Finley escribió un libro sobre la diferencias entre la democracia griega y la teoría de democracia a la que denomina occidental, pero se centra fundamentalmente en Europa y Estados Unidos. Las teorías y las prácticas democráticas en México son muy distintas y requieren sus propias reflexiones. Moses Finley, Vieja y nueva democracia[regresar al texto]

190 Ricardo Martínez Lacy, op. cit., pp. 89- 91 [regresar al texto]

191 Virgilio, Canto VI, citado por Ernesto Schettino, "Estudio introductorio", p. 16. [regresar al texto]

192 Esta polémica entre historiadores está resumida en Franz Georg Maier, Las transformaciones del mundo mediterráneo, pp. 4-15. [regresar al texto]

193 En el año 382, Gregorio de Nisa describió así el ambiente de Constantinopla: "La ciudad está llena de gentes, que dicen cosas ininteligibles e incomprensibles por las calles, mercados, plazas y cruces de caminos. Cuando voy a la tienda y pregunto cuánto tengo que pagar, me responden con un discurso filosófico sobre el Hijo engendrado o no engendrado del Padre. Cuando pregunto en una panadería por el precio del pan, me responde el panadero que, sin lugar a dudas, el Padre es más grande que el Hijo. Cuando pregunto en las remas si puedo tomar un baño, intenta demostrarme el bañero que, con toda certeza, el Hijo ha surgido de la nada". Desde entonces, llamamos bizantinas a las discusiones que nos parecen complicadas e inútiles. Véase Franz Georg Maier, ibid., pp. 45-46. [regresar al texto]

194 U n testigo contemporáneo, San Jerónimo, se lamentaba al conocer la noticia de la invasión a Roma por los bárbaros, y decía: "Mi voz se ahoga y los sollozos me interrumpen mientras dicto estas palabras. La ciudad que ha conquistado el universo ha sido conquistada a su vez". Ibid., p. 137. [regresar al texto]

195 Dice San Agustín: "Todo cuanto acaeció en este último saqueo de Roma: efusión de sangre, ruina de edificios, robos, incendios, lamentos y aflicción, procedía del estilo ordinario de la guerra…" y aclara que antes los bárbaros fueron benignos, lo cual se debió a la benevolencia de Dios. Véase San Agustín, La ciudad de Dios, libro I, capítulo VII[regresar al texto]

196 U na buena fuente de información para conocer más profundamente la historia de estas tres entidades mediterráneas durante la Edad Media son los libros correspondientes de la colección "Historia Universal" de Siglo XXI Editores. Para todo el periodo resulta fundamental el texto de Franz Georg Maier, Las transformaciones del mundo mediterráneo, siglos IIIVIII. Sobre Bizancio, véase, del mismo autor, Bizancio. El volumen correspondiente al mundo árabe es de Claude Cahen, El Islam, I. Desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio Otomano. Y para la Edad Media: Jan Dhondt, La alta Edad Media; Jacques Le Goff, La baja Edad Media[regresar al texto]

197 Fernand Braudel acuñó el concepto de "larga duración". Este historiador francés vivió entre 1902 y1985, y formó parte de la llamada "Escuela de los Annales". Braudel asegura que algunos acontecimientos tienen ritmos acelerados, como la política y la guerra, mientras que otros obedecen a cambios más lentos, de larga duración, como los económicos o los geográficos. Más sobre este tema en el libro La nueva historia, coordinado por Jacques Le Goff, Roger Chartier y Jacques Revel, y publicado en Bilbao, por la editorial Mensajero, s/a. [regresar al texto]

198 Como lo dice Braudel, "el Mediterráneo es una encrucijada muy antigua. Desde hace milenios todo ha confluido hacia él, enredando, enriqueciendo su historia: hombres, animales de carga, vehículos, mercaderías, naves, ideas, religiones, modos de vida. Incluso plantas". Véase Fernand Braudel, El Mediterráneo. El espacio y la historia, p. 8. [regresar al texto]

199 Un historiador del siglo XX, Norman Baynes, imagina así la llegada de un caudillo bárbaro de las estepas o del desierto: "Ha sido regiamente tratado bajo el cuidado vigilante de unos funcionarios imperiales; ha visitado las maravillas de la capital, y hoy va a tener audiencia con el emperador. Va pasando a través de un deslumbrante laberinto de corredores de mármol, de cámaras ricas en mosaicos y brocados de oro, de largas filas de guardias palaciegos uniformados en blanco, en medio de patricios, obispos, generales y senadores, entre música de órganos y coros eclesiásticos, a hombros de los eunucos, hasta que al fin, agobiado por el interminable esplendor, cae de rodillas en presencia de la figura silenciosa, inmóvil, hierática, del señor de la nueva Roma, el heredero de Constantino que está sentado en el trono de los césares. Antes de que pueda levantarse, emperador y trono han sido alzados y, con ropa distinta a la que tenía la última vez que él le miró, el soberano lo mira desde lo alto, seguramente como Dios mira a los mortales. ¿Quién es él, mientras oye el rugido de los leones dorados que rodean el trono o el canto de los pájaros entre los árboles, quién es para poder rehusar los mandatos del emperador? No se detiene a pensar un solo momento en el mecanismo que hace rugir a los leones o cantar a los pájaros. Apenas si puede contestar a las preguntas del logoteta que habla en nombre de su amo imperial. Su fidelidad está ya ganada: luchará por el Cristo romano y su Imperio." Véase Norman Baynes, El Imperio Bizantino, pp. 59-60. [regresar al texto]

200 Bréhier, uno de los grandes especialistas en Bizancio, comentó así el sitio de Constantinopla en 1453: "Abandonada por todos los Estados de Occidente y por todos sus aliados, Constantinopla se encontraba frente a la más poderosa organización militar de la Europa del siglo XV. Los turcos tenían sobre los defensores de la ciudad la superioridad de los efectivos, de la cohesión, de la disciplina, del armamento y de la táctica; sus métodos de guerra eran ya los de los tiempos modernos. Con todo, pese al cúmulo de circunstancias desfavorables para sus defensores, de las discordias intestinas, de la agitación religiosa, de la carencia de recursos, de tropas y de armamento, las antiguas murallas del recinto de Teodosio II resistieron el huracán que se abatió sobre ellas durante dos meses. Bizancio tenía conciencia de que estaba perdida, pero, al menos, supo morir con dignidad." Louis Bréhier, Vida y muerte de Bizancio, p. 461. [regresar al texto]

201 Para tener una idea más amplia sobre Mahoma y el Islam, véase Claude Cahen, El Islam. I. De los orígenes hasta el comienzo del Imperio otomano. [regresar al texto]

202 Es el caso de Eginhardo, quien escribió la Vida de Carlomagno, durante el siglo IX, a los pocos años de la muerte del rey. El propio autor dice que la hazaña mayor que en su libro encontrará el lector es "…que yo, un hombre bárbaro, muy poco avezado en el habla romana, crea que puede escribir de forma decente y llegue a tal grado de desvergüenza que desprecie aquel precepto de Cicerón, que en el primer libro de las Tusculanas, al hablar de los escritores latinos, dice: 'Poner por escrito sus propios pensamientos, quien no puede ordenarlos, ni expresarlos claramente, ni atraerse al lector con algún deleite, es propio de un hombre que abusa desmesuradamente del ocio y de las letras'. Este precepto del célebre orador hubiera podido hacerme desistir de escribir si yo no hubiera resuelto ya que era preferible exponerme al juicio de los hombres y arriesgar mi leve ingenio escribiendo esto antes que, poniéndome a salvo, callarme el recuerdo de tan gran hombre [refiriéndose a Carlomagno]". Eginhardo, Vida de Carlomagno, pp. 47-48. [regresar al texto]

203 Un documento de 1127 conserva así la memoria de un juramento vasallático prestado ante el nuevo conde de Flandes, Guillermo: "El conde pidió (al futuro vasallo) si deseaba convertirse, sin reservas, en su hombre; y éste respondió: 'Así lo quiero'; luego, sus manos unidas a las del conde, que las estrechó, se aliaron mediante un beso. En segundo lugar, aquél que rindió el homenaje comprometió su fe en estos términos: 'Prometo por mi fe ser fiel, a partir de este instante, al conde Guillermo y guardarle ante todos y totalmente mi homenaje de buena fe y sin malicia'. En tercer lugar, juró sobre las reliquias de los santos. En seguida, con la vara que tenía en la mano, el conde les dio la investidura a todos aquellos que, mediante ese pacto, le habían prometido seguridad, hecho homenaje y prestado juramento". Véase Robert Boutruche, Señorío y feudalismo, p. 286. [regresar al texto]

204 El historiador francés Georges Duby (1919-1996) describe así el amor cortés en la época medieval: "…un hombre joven… sin esposa legítima, asedia, con intención de poseerla, a una dama, es decir, a una mujer casada, en consecuencia inaccesible, inexpugnable, una mujer rodeada, protegida por las prohibiciones más estrictas erigidas por una sociedad… que consideraba el adulterio de la esposa como la peor de las subversiones…". Véase Georges Duby, El amor en la Edad Media y otros ensayos, p. 67. [regresar al texto]

205 Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media, p. 153. [regresar al texto]

206 Walter Ullmann, Historia del pensamiento político en la Edad Media. [regresar al texto]

207 Georges Duby, Economía rural y vida campesina en el occidente medieval, p. 460. [regresar al texto]

208 Pirenne, describe la ciudad medieval así: "[…] es una aglomeración fortificada, habitada por una población libre que se consagra al comercio y a la industria y que posee un derecho especial y está provista de una jurisdicción, de una autonomía comunal más o menos desarrolladas. La ciudad viene a ser un recinto inmune dentro de país […]. El burgués, como el noble, posee una condición jurídica especial: uno y otro se encuentran, en diferentes sentidos, igualmente alejados del villano, del campesino, que continuará, hasta el fin del Antiguo Régimen, y en la mayor parte de Europa, viviendo fuera de la sociedad política". Véase Henri Pirenne, Historia de Europa. Desde las invasiones al siglo XVI, pp. 161-162. [regresar al texto]