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1.1.3 Periodo Clásico, la consolidación

El nombre de Clásico tiene una carga estética. Se le designó así a una etapa durante la cual las artes, especialmente el urbanismo y la arquitectura, se desarrollaron y alcanzaron su más alto nivel.50

Aunque ya había evidencia de ciudades durante el periodo anterior, especialmente en el área maya y en Oaxaca, en esta etapa la urbanización se extendió por el resto del territorio. Los patrones de crecimiento poblacional del Preclásico tardío continuaron y aumentaron. El rasgo más característico del periodo fue la separación entre campo y ciudad. 51 El incremento de la población urbana, que no se dedicaba a la producción de alimento, requirió de una mayor cantidad de población campesina que se estableció cerca de los campos de cultivo. La gente de las ciudades se dedicaba a tareas burocráticas, administrativas, comerciales, a la fabricación de objetos de lujo. Esta división de trabajo trajo consigo una mayor especialización y, con ella, un incremento en los productos de intercambio. Las redes comerciales aumentaron durante el Clásico. Los talleres aumentaron al interior de las ciudades.

Los métodos de cultivo también se desarrollaron. Se crearon mejores sistemas de riego, como la canalización, los campos levantados, las represas y el terraceado.

Durante el Clásico hay una clara diferenciación cultural que dividió a Mesoamérica en dos grandes regiones, con el Istmo de Tehuantepec como línea divisoria. Tal diferenciación se reflejó en los sistemas de escritura, numeración y calendáricos. Al oriente del Istmo se desarrolló una escritura formal basada en sílabas y logogramas, además de un sistema numeral posicional. En el otro lado, tal sistema no llegó a cristalizarse. Claro ejemplo de lo anterior lo tenemos en Teotihuacan. Según algunos autores,52 el sistema de gobierno teotihuacano no requirió de escritura silábico-logográfica ni de la representación de individuos como en el área maya. Ya abundaremos en ello más adelante. Sin embargo, tal afirmación implica la existencia de dos tipos de gobierno. El área maya se caracterizaría por un gobierno de linaje, en done el rey es la cabeza del gobierno y el intermediario de los dioses. Su poder requiere de una serie de complejos elementos de legitimación como el arte y la escritura. En cambio, en Teotihuacan, como veremos, el gobierno sería por territorio.

Otro elemento fundamental del Clásico fue la cristalización de la religión. El grupo sacerdotal concentró poder e influencia entre la sociedad. El panteón mesoamericano fraguó y se multiplicó. Las prácticas religiosas y rituales fueron mayores y más elaboradas.

Veamos ahora las características en cada una de las áreas culturales de Mesoamérica.


Teotihuacan, la gran metrópoli mesoamericana

Teotihuacan llegó a convertirse en la ciudad más importante e influyente de Mesoamérica. Su gran tamaño y su fuerza comercial le permitieron ser admirada por distintos pueblos. Tras la caída de Cuicuilco, recibió aún más población. En los primeros años de nuestra era, Teotihuacan adquirió su configuración urbana. Fue construida la gran Calzada de los Muertos, orientada hacia el norte, que funcionó como eje rector de la ciudad. También se trazó una calzada este-oeste que, junto con la primera, rigió la organización ortogonal 53 del sitio.

Hacia el año 400 d. C. (Fase Xolalpan) alcanzó su mayor esplendor, con una población superior a los 125 000 habitantes y una extensión de 22 kilómetros cuadrados aproximadamente. En ese periodo obtuvo sus características más importantes. En su composición urbana, se crearon sistemas de drenaje y control de agua, y se construyeron varios conjuntos residenciales alrededor del centro urbano, constituidos por varios cuartos, patios, corredores, espejos de agua y pequeñas plazas con adoratorios. Es muy probable que dichos conjuntos estuvieran habitados por familias extensas, grupos de gente que se relacionaban por un antepasado común, una misma profesión y un dios patrono. Asimismo, aumentaron los talleres de producción de objetos de obsidiana, pedernal y cerámica.

Ya hemos mencionado que Teotihuacan controló la explotación y elaboración de productos de obsidiana, así como los bancos de arcillas de la llamada cerámica Anaranjado Delgado ubicados en Puebla. Estos y otros productos le permitieron crear extensas redes de intercambio por todo Mesoamérica. Con el comercio, viajaron también ideas e imágenes, que fueron copiadas por otros centros con diversos objetivos.

El intercambio hizo indispensable la existencia de un ejército formal que pudiera cuidar de las caravanas de comerciantes. En el conjunto habitacional de Atetelco aparecen representaciones de posibles órdenes militares: coyotes y águilas, probables antecedentes de los guerreros águila y jaguar de los mexicas.

Teotihuacan ha sido interpretado por varios autores como una potencia conquistadora que sojuzgó sitios en toda Mesoamérica. Se ha hablado de la posible conquista de Tikal y otros sitios en el área maya por un emisario teotihuacano.54 Sin importar si esta interpretación es correcta, no se puede negar la importancia de Teotihuacan en toda Mesoamérica.

Pirámide de la Luna
Pirámide de la Luna, Teotihuacan, estado de México, México
© Hugo García.

¿Cuál fue la forma de gobierno de esta gran ciudad? Esta pregunta le ha quitado el sueño a varios arqueólogos e historiadores, y también ha generado un sinnúmero de interpretaciones, pero aquí mencionaremos sólo una de las hipótesis.55 La cual ha adquirido, a lo largo del tiempo, mayor aceptación entre los especialistas.

La división de la ciudad mediante ejes produjo la creación de cuatro grandes sectores, cada uno de los cuales estaba conformado por varios conjuntos departamentales constituidos a su vez por personas emparentadas entre sí. Sabemos que la ciudad estuvo habitada por varios grupos étnicos. Hay evidencia de barrios de gente de Oaxaca, de la Costa del Golfo y del área maya. Seguramente cada barrio tenía su propio dirigente. Este tipo de organización social, basado en el linaje, produjo que el gobierno central absorbiera a cada jefe y lo integrara en el sistema burocrático. El gobierno central pudo estar compuesto por una confederación de cuatro jefes, representantes de cada uno de los sectores de la ciudad. Este sistema de gobierno eliminó el gobierno de sangre existente en cada barrio o conjunto departamental, y lo transformó en un gobierno territorial. Lo mismo sucedió con cada uno de los dioses patronos de los conjuntos, que fueron subordinados a una deidad mayor patrona de Teotihuacan, Tláloc.56

En cuanto a la religión, ésta quedó formalizada en el Clásico. En las representaciones pictóricas se muestran procesiones de sacerdotes que donan bienes a la tierra. El panteón teotihuacano está cristalizado, es decir, los dioses y sus características propias están bien definidas para esta época. Encontramos las representaciones de dioses que tendrán una larga tradición en Mesoamérica hasta el Posclásico: Huehuetéotl,57 el dios viejo del fuego; Tláloc, dios de la lluvia, el trueno y la guerra; Chalchiuhtlicue, diosa de las aguas; el llamado dios Mofletudo o Gordo.

Tablero talud
Tablero-talud. Estilo arquitectónico teotihuacano que se difundió por la superárea mesoamericana al final del Horizonte Clásico, hasta la zona maya
© Hugo García.

Artísticamente, Teotihuacan destaca por su pintura mural multicolor. La mayoría de los conjuntos habitacionales estaban decorados con murales de diversas temáticas. La escultura en piedra es muy variada, pero descolla el templo de La Serpiente Emplumada con sus magníficas representaciones esculpidas. A nivel arquitectónico, un mismo estilo se propagó por toda la ciudad: el tablero-talud. Todos los cuerpos de los basamentos de los edificios fueron decorados con este estilo: un paramento vertical remetido en un marco (el tablero), el cual se desplanta de un paramento inclinado (el talud). Se ha encontrado evidencia de este mismo estilo arquitectónico en toda Mesoamérica: en Tingambato, Michoacán; en Matacapan, Veracruz; en Ranas y Toluquilla, Querétaro; en Tikal y Kaminaljuyú, Guatemala; en Dzibanché, Quintana Roo. Sin embargo, la existencia de tal estilo arquitectónico no necesariamente implica un dominio político por parte de Teotihuacan.


Los mayas, un gran pueblo en medio de la selva

A pesar de que por muchos siglos sus grandes ciudades permanecieron ocultas debajo del follaje de la selva, hoy los mayas son considerados una de las civilizaciones más grandes del mundo gracias a sus notables avances en aritmética y astronomía, su calendario, su escritura y su arte. Pero además de ser grandes pensadores, también fueron grandes guerreros, comerciantes, dignatarios y administradores.

Hablar de los mayas es referirnos a una serie de pueblos de distintas lenguas emparentadas a una lengua común conocida como maya. Estos pueblos tuvieron su esplendor entre los años 200 y 900 d. C., el Periodo Clásico, que para su estudio se ha dividido en dos: el Clásico temprano (200-600 d. C.) y el Clásico tardío (600-900 d. C.).

Geográficamente, los mayas establecieron sus grandes ciudades en un extenso territorio que abarca los actuales estados mexicanos de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo; así como los países centroamericanos de Guatemala, Honduras, Belice y parte de El Salvador. El área maya se divide en tres subregiones: las tierras altas, que comprenden la región de las Sierra Madre del Sur, en la parte meridional de Chiapas y Guatemala; las tierras bajas centrales, constituidas por la parte centro-norte de Chiapas, Tabasco, el sur de Campeche y Quintana Roo, el Petén guatemalteco y Belice, y las tierras bajas septentrionales, que comprenden el norte de Campeche y Quintana Roo y todo Yucatán. Cada región tiene sus propias características fisiográficas.

Mapa área Maya

 

Las tierras altas son un territorio de origen volcánico con enormes macizos montañosos –como los volcanes de Agua, Fuego y El Santiago en Guatemala– y grandes lagos, como el de Atitlán.58  Es una zona rica en materiales de origen volcánico como la obsidiana y de rocas metamórficas como la jadeíta, uno de los productos más preciados por los pueblos mesoamericanos. Su vegetación característica es el bosque alto de coníferas. La fauna es abundante, pero destaca la presencia del quetzal, ave valorada por los antiguos mayas por las enormes plumas verdiazul de su cola que se utilizaban para fabricar los tocados de sus gobernantes.

Las tierras bajas centrales están ubicadas en un territorio de origen calcáreo y su vegetación predominante es la selva alta perennifolia, donde se encuentra una gran diversidad de especies como la ceiba, esencial en la cosmovisión maya por considerarse el axis mundi; la caoba y el chicozapote, ambos árboles explotados por la calidad de su madera y el ramón. La fauna, por su parte, era sumamente rica, y los mamíferos fueron muy importantes debido a su carne, sus pieles y su significado simbólico. Entre las aves se encuentran la guacamaya, con su vistoso plumaje, y el tucán. Existen dos tipos de mono: el araña y el aullador. El jaguar era el rey de la selva y se asociaba estrechamente con el gobierno y el inframundo. También se hallan venado cola blanca, tapir y pecarí, muy cazados por su carne, y recorren las selvas peligrosos reptiles, como la serpiente de cascabel, la coralillo y la mortal nauyaca. La tortuga y el cocodrilo también tuvieron gran importancia. Todas las tierras bajas centrales son recorridas por grandes ríos como el Usumacinta, el Chihoy y el Pasión.

Por último, las tierras bajas del norte se caracterizan porque el suelo calcáreo que las forma es tan poroso que drena el agua, evitando la formación de corrientes superficiales y la creación de ríos subterráneos. Los mayas de esta región obtenían agua de los cenotes, grandes orificios formados por el resquebrajamiento de las bóvedas de las cámaras subterráneas. La vegetación cambia, la selva es más baja y se transforma en matorral conforme avanzamos a la península de Yucatán.

Durante casi todo el periodo Clásico, las tierras bajas centrales fueron el asiento de las ciudades más grandes e importantes, como Tikal, Caracol, Naranjo, Calakmul, Palenque, Yaxchilán y Bonampak, entre otras. Gracias a los avances en la epigrafía conocemos la historia de estas ciudades, pues los textos escritos en piedra, cerámica y otros materiales dan cuenta del gobierno, la diplomacia y las terribles guerras que enfrentaron a las distintas capitales.

Cuando nos referimos a los grandes avances culturales que lograron los mayas, tenemos que entender que lo hicieron gracias a una compleja organización sociopolítica.59 A través de los textos jeroglíficos y de las representaciones artísticas en vasijas pintadas, podemos inferir algunas características del pueblo maya, en especial de la élite. La sociedad maya estaba dividida en clases sociales, encabezadas por el gobernante o K'uhul ajaw,60 intermediario entre el pueblo y las fuerzas divinas. Por debajo del rey, había todo un complejo grupo de administradores, sacerdotes y jefes militares, quienes no producían alimentos. El siguiente estrato lo conformaban los artesanos y comerciantes, quienes con sus productos proveían a la nobleza de bienes de prestigio, como vasijas pintadas, objetos de jade y plumas, entre otros objetos. Ambos grupos estaban sostenidos por un grupo de campesinos, encargados de la producción de los bienes de subsistencia. Los campesinos vivían en modestas habitaciones de material perecedero, cerca de los campos de cultivo, mientras que las clases más altas habitaban en el interior de las ciudades, en lujosos palacios compuestos de varios cuartos abovedados y patios donde se realizaban todas las actividades grupales. La célula básica de la sociedad maya fue la familia.61 El patrón de descendencia era patrilineal y matrilineal, por lo menos en las clases altas, lo que queda evidenciado por las inscripciones.

Políticamente, las ciudades mayas estaban encabezadas por el K'uhul ajaw, quien dirigía todas las actividades políticas, económicas y religiosas. En 1958, el alemán Heinrich Berlin detectó una serie de jeroglíficos que llamó "glifos emblema".62 Berlin se dio cuenta de que cada ciudad maya tenía su propio glifo emblema y creyó que se trataba de sus nombres. Sin embargo, los especialistas actuales se debaten entre la posibilidad de que hagan referencia a nombres de linajes o al nombre de una entidad política mayor. A la fecha conocemos varios glifos emblema.

Hay otros títulos importantes en las inscripciones: el título de Kalomte', sólo lo portaban los reyes de las ciudades más importantes, como Tikal, Calakmul o Yaxchilán. También aparece el de Yajawte' ("el señor de la lanza"); Yajawk'ahk' ("el señor del fuego"), ambos asociados con el ejército. El primero puede hacer referencia al encargado del armamento; el segundo al comandante de los ejércitos. El título de Ajk'uhu'n ("el del libro" o "el de la banda") podría corresponder a un miembro del sacerdocio.

Históricamente, el área maya durante el periodo Clásico estuvo bajo la influencia de dos grandes reinos:63 el de Mutul, asentado en la ciudad de Tikal, en Guatemala; y el de Kaanul, en Dzibanché, al sur de Quintana Roo, durante el Clásico temprano y, luego, en la ciudad de Calakmul, en el sur de Campeche, durante el tardío. Ambos reinos sostuvieron grandes batallas por el dominio del territorio maya y aunque nunca se logró formar un verdadero imperio, varias entidades políticas menores estuvieron bajo su control. Otras ciudades, si bien formaron parte de uno u otro bando, se mantuvieron independientes, generando sus propias esferas de poder. Es el caso de sitios como Palenque, Yaxchilán, Piedras Negras, Bonampak y Toniná, entre otras, que tuvieron su auge durante el periodo Clásico tardío.

Al interior de esta compleja sociedad, pudieron desarrollarse grandes avances en los sistemas de conocimiento. Los mayas lograron crear una escritura formal compuesta por dos tipos de glifos: sílabas y logogramas. Mediante signos, los escribas mayas fueron capaces de dejar constancia de su historia, principalmente de las hazañas de sus gobernantes: nacimientos, tomas de poder, guerras, victorias, capturas, fechas especiales y muertes. Algunos monumentos hacen referencia a historias míticas que cuentan sobre la creación del cosmos. Desafortunadamente, no contamos con textos que hablen de las clases inferiores, por lo que debemos ayudarnos de la arqueología para conocer los procesos sociales experimentados por estos grupos.

El calendario fue otro de los grandes avances. Los mayas concebían el tiempo a través de diversos ciclos. Los más importantes eran: el haab', el tzolk'in y el tuun. El haab', un año de 365 días formado por 18 meses de 20 días cada uno, es un calendario religioso que marcaba las principales fiestas, pero también era un calendario agrícola. El tzolk'in, o ciclo de 260 días, era resultado de la combinación de 13 numerales con 20 signos de días; se trataba de un ciclo adivinatorio y ritual. Ambos se combinaban para formar la Rueda Calendárica, un periodo de 52 años o 18 980 días, lo que constituía un siglo mesoamericano. Por último, estaba el tuun, de 360 días, un ciclo que, junto con el haab' y el tzolk'in formaban lo que los especialistas llaman la Serie Inicial o Cuenta Larga. La Serie Inicial marca el número de días que habían transcurrido desde una fecha hito, que los mayas establecieron el 13 de agosto de 3114 a. C., cuando su último ciclo terminó. Lo anterior no significa que los mayas hayan sido los creadores del calendario, pues este tipo de contabilidad del tiempo fue una creación común a todos los pueblos de Mesoamérica y tiene sus antecedentes en la observación de los astros que realizaban los grupos de recolectores-cazadores.

Templo
Templo 1, sitio arqueológico de Tikal, Guatemala
© Hugo García.

En cuanto a las manifestaciones artísticas, las cortes mayas daban cobijo a los mejores ceramistas, pintores, escultores y arquitectos. Las cerámicas mayas pintadas son de las más bellas expresiones. Los delicados trazos de los pintores generan escenas diversas, míticas o reales. Todas las ciudades mayas fueron adornadas por grandes esculturas en piedra, como las estelas y dinteles, pero también se realizaron magníficas representaciones en estuco. Los muros de las ciudades se pintaban, algunos con hermosas escenas como las de San Bartolo o Bonampak, donde se representó una gran batalla y los rituales que se realizaron antes y después. Es famoso el color azul maya por su especial tonalidad, pero también se utilizó el amarillo, tonos de rojo, ocre, verde, negro y blanco. Los pigmentos se producían a partir de diversos minerales o fuentes vegetales.

Arquitectónicamente, cada ciudad maya presentaba un estilo propio pero es posible agruparlas en regiones según su estilo. Las principales son: Petén (Tikal), Usumacinta (Palenque, Yaxchilán, Bonampak), Motagua (Copán y Quiriguá), Río Bec (Xpujil), Chenes (Hochob, Hormiguero) y Puuc (Uxmal, Sayil, Kabah).

Dintel
Dintel, zona arqueológica Yaxchilán, Chiapas
© Latin Stock México.


Oaxaca, los hombres de las nubes

Oaxaca fue uno de los centros donde se presentaron los desarrollos culturales más tempranos. Monte Albán fue la ciudad más representativa desde el periodo Preclásico tardío hasta el Clásico tardío. Ya hemos hablado de cómo se formó Monte Albán: aparentemente nació de la unión de tres grandes aldeas para poder controlar los valles centrales. Su posición en lo alto de un cerro en la confluencia de los tres valles le dio un sitio privilegiado para dominar el territorio.

Tras el periodo anterior, la ciudad de los zapotecos logró consolidarse. Sus estrechas relaciones con la gran ciudad de Teotihuacan quedan evidenciadas en distintos indicadores: un barrio de oaxaqueños al interior de la propia Teotihuacan, un posible asentamiento teotihuacano en el centro de Monte Albán, la presencia de iconografía teotihuacana en varias representaciones artísticas zapotecas, la utilización del tablero-talud en la arquitectura, los estilos pictóricos teotihuacanos en los murales de las tumbas de Monte Albán, entre otros.64 Es posible que la relación entre ambos Estados fuera meramente comercial, sin que una dominara políticamente a la otra. Los teotihuacanos estaban muy interesados en la explotación y manufactura de la mica de Oaxaca. Existen algunos monumentos que representan a posibles embajadores teotihuacanos que pudieron establecer un enclave comercial al interior de la ciudad oaxaqueña.

Hacia el año 500 d. C., con el debilitamiento paulatino y la caída final de la gran potencia del centro de México, Monte Albán experimentó un florecimiento. La ciudad alcanzó su tamaño máximo: 6.5 kilómetros cuadrados y una población de 25 000 habitantes.65

Socialmente, Monte Albán pudo haber estado dividida en tres grupos distintos: uno pequeño de dirigentes, moradores de las tumbas más ricas en ofrendas y decoración (tumbas 104 y 105), uno más grande de administradores y comerciantes, y uno mayoritario compuesto de gente encargada de las actividades agrícolas y productivas.66


La Costa del Golfo

Tras la caída de los asentamientos olmecas y la desaparición de este estilo en el área sur de Veracruz y en Tabasco, parece haber una multiplicación de pueblos en la región de la Costa del Golfo. La zona más importante será la parte centro-norte de Veracruz, que algunos autores llaman el Totonacapan, aun cuando no forma una unidad cultural y no fue habitada sólo por totonacos.67

Según Jürgen Brüggemann, los cambios fundamentales entre el Preclásico y el Clásico no son tan notorios en el contexto arqueológico en el centro de Veracruz.68

Sin embargo, hay ciertos objetos representativos de la región durante el Clásico. Por ejemplo, las esculturas en barro llamadas "caritas sonrientes" de la zona de La Mixtequilla o las enormes cihuateteo de la región de El Zapotal. Otro elemento cultural distintivo fue la escultura en piedra, donde destaca la elaboración de tres diferentes objetos: el yugo, la palma y el hacha, todos asociados con el juego de pelota.69

Figura de Cihuateteo
Cihuateteo, imagen de la deidad femenina en el horizonte Clásico. Museo Nacional de Antropología
© Hugo García.

El sitio más representativo del Clásico fue El Tajín, localizado en la parte norte de Veracruz, cerca del actual pueblo de Papantla. Su principal desarrollo ocurrió hacia el siglo VIII d. C. y se extendió hasta el siglo XII d. C.70 El Tajín está organizado a partir de una serie de terrazas artificiales que permitieron la separación de espacios al interior del mismo. La parte más elevada correspondía al sector elitista de la sociedad. Destaca por el número de canchas de juego de pelota, de las cuales existen 17.71 Dos de ellas, el Juego de Pelota Sur y el Juego de Pelota Norte, cuentan con extraordinarios relieves con escenas míticas asociadas a la práctica de este ritual.

En cuanto a la arquitectura, destaca el uso de los nichos como elemento decorativo en las fachadas de los edificios. El basamento más representativo del sitio es la Pirámide de los Nichos, que cuenta con 365 nichos en sus cuatro fachadas.72

A pesar de que muchas veces sólo se consideran a los totonacos y huastecos, en términos generales, la región centro-norte de Veracruz fue muy heterogénea durante el periodo Clásico. Tras el fin de la cultura olmeca, la región de la Costa del Golfo fue habitada por varios pueblos que formaron el carácter de esta región durante el periodo Clásico y hasta el Posclásico.

Pirámide en Tajín
Pirámide de los Nichos, El Tajín, Veracruz
© Hugo García.


El Occidente de México y Mesoamérica septentrional

Como se mencionó, la región occidental de Mesoamérica fue la que presentó un desarrollo cultural más lento. Los elementos típicos del periodo Preclásico continuaron hasta el Clásico y no se alcanzó la organización estatal, como en el resto de Mesoamérica, sino hasta el periodo Posclásico.

El Occidente se puede dividir en tres tradiciones culturales: la guerrerense, la de las tumbas de tiro y la de Teuchitlán.

La primera se caracteriza por presentar asentamientos ribereños con pirámides, juegos de pelota y plazas, así como por la producción de máscaras de piedras verdes.

La segunda ya se ha explicado, pero durante el Clásico experimentó su esplendor, sobre todo en cuanto a la calidad de la cerámica utilizada como ofrenda. Por sus características de elaboración y decoración, se han establecido tres grupos, asociados con los estados de la República de donde proceden: Colima, Nayarit y Jalisco.73 La cerámica de Colima se caracteriza por ser monocroma, especialmente roja, decorada a partir de la incisión, el modelado y el pastillaje. Se usan figuras antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas. Son famosos los "perritos cebados" y las grandes calabazas con soportes antropomorfos. Las esculturas de Nayarit son ricas en color, pero casi no se modelan. Predominan las figuras humanas74 y los rasgos y la indumentaria son marcados por pintura. El estilo Jalisco combina la pintura y el modelado para formar los rasgos faciales y los ornamentos.75

La tradición de Teuchitlán es conocida por su característico patrón arquitectónico. Los sitios se organizan a partir de una serie de edificios cónicos de varios cuerpos, alrededor de lo cual se construyen plataformas rectangulares. Este patrón puede repetirse varias veces. Encima de las plataformas y de los conos, se construían recintos de material perecedero. En ocasiones, el espacio entre dos plataformas rectangulares se utilizaba para crear una cancha de juego de pelota.

La parte norte de Mesoamérica surgió hacia el primer siglo de nuestra era. Todo parece indicar que ciertos cambios climáticos permitieron que grupos mesoamericanos ocuparan una extensa franja de casi 250 kilómetros de ancho entre los estados de Zacatecas, San Luis Potosí, Querétaro, Durango, Guanajuato, Aguascalientes y Tamaulipas. Tales cambios favorecieron el desarrollo de la agricultura, especialmente de temporal, aunque en algunas regiones se implementaron canales y represas.

Culturalmente se han definido tres zonas: la rama occidental, la franja central y la rama oriental. La primera destaca por la presencia de la cultura Chalchihuites y sus dos grandes capitales: La Quemada y Altavista. La franja central no presentó un desarrollo importante como en el resto de Mesoamérica. Por último, la rama oriental sobresale por sitios como Ranas y Toluquilla en la Sierra Gorda de Querétaro, asentados en los lomos de la sierra, así como por la explotación de las minas de cinabrio, muy utilizado en procesos funerarios en todo Mesoamérica.

Hacia el siglo IX d. C., ocurrieron nuevamente cambios climáticos que modificaron el régimen de lluvias, lo que provocó una retracción de la frontera norte, y la región quedó a merced de grupos de recolectores-cazadores norteños, quienes tendrán un papel importante en el siguiente periodo.

mapa ciudades mesoamericanas

 


Periodo Epiclásico, la caída de las grandes urbes

Hacia el año 650 d. C. inicia un fenómeno, que si bien no fue unánime en toda Mesoamérica, afectó a gran parte del territorio. A partir de este momento, las grandes capitales comienzan a perder su poder. Teotihuacan fue la primera en caer, le siguieron Monte Albán hacia el año 800 d. C., los sitios del norte en el 850 d. C. y varias ciudades mayas hacia el año 900 d. C.

Las hipótesis acerca del fin de estos sitios son diversas. Se ha hablado, entre otras, de causas ecológicas, enfermedades, invasiones y guerras intestinas. Lo más probable es que haya sido la combinación de varias de estas causas, lo que motivó que el sistema político no pudiera sostenerse, perdiera credibilidad y que los grupos de agricultores que sostenían a las élites abandonaran los grandes asentamientos. Teotihuacan redujo su población de 125 000 a 30 000 habitantes, aunque siguió siendo el sitio más importante de la cuenca. En el área maya hay evidencias de fuertes guerras, sobre todo en la región del Petexbatún, y de la llegada de grupos de extranjeros que trajeron consigo un nuevo sistema político-religioso. Monte Albán, por su parte, también perdió población y su hegemonía en los valles centrales.

En el centro de México, la caída de Teotihuacan permitió el surgimiento de varios sitios de tamaño pequeño que se constituyeron como sus herederos. A este periodo se le conoce como Epiclásico, término creado por Wigberto Jiménez Moreno para explicar una serie de fenómenos que ocurrieron entre los años 900 y 1100 d. C. Sitios como Xochicalco en el valle de Morelos, Cacaxtla en el valle de Puebla-Tlaxcala y Teotenango en el valle de Toluca controlaron los sistemas comerciales que antes dominaba Teotihuacan.

El Epiclásico se caracteriza por ser un periodo de amplia inestabilidad política, un considerable movimiento poblacional, interrelaciones regionales y políticas, composición multiétnica de los sitios, énfasis en la militarización (sitios fortificados, iconografía bélica y de sacrificio) y una transformación en el culto religioso (surgimiento del culto a la Serpiente Emplumada).76

En el área maya, el Epiclásico es llamado el Clásico terminal y se caracteriza por la introducción a la región de elementos, como glifos e iconografía, asociados con el centro de México. Hay que mencionar que los procesos que ocurrieron durante esta transición son fundamentales para entender los cambios ocurridos durante el periodo Posclásico. Durante esta época se observa la presencia de grupos de distintas filiaciones étnicas y culturales, no sólo en el área maya, sino en toda Mesoamérica. Lo anterior es prueba de la amplia movilidad que se efectuó durante el periodo, generando una mayor difusión de rasgos culturales entre las distintas subáreas culturales.

Serpiente Emplumada
Edificio de la Serpiente Emplumada, Xochicalco, Morelos
© Hugo García.

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