conocimientos fundamentales

| historia | méxico: una historia y muchas culturas

Página anterior Página siguiente





1.2.2 África Central en los siglos XV y XVI

Como la de Mesoamérica antes de las invasiones europeas, la de África Central es también una historia de migraciones. A partir de los estudios de W. Bleek, en el siglo XIX,146 los lingüistas y filólogos de África identificaron un conjunto de lenguas que comparten alrededor de 3 000 raíces fonéticas y un mismo núcleo originado 4 000 años atrás en la región Bamenda, al occidente del continente, en los actuales Nigeria y Camerún. Hasta el año 1000, sucesivas migraciones que probablemente iniciaron antes de nuestras era, hacía el este y el sur, produjeron la expansión de estos pueblos sobre gran parte del continente, con una concentración en torno a las riberas del río Zaire y las costas atlánticas. Sus hablantes, hasta el día de hoy, designan al ser humano con la voz mu-ntú y a su pluralidad como ba-ntú.147


Antecedentes

La expansión de los pueblos bantúes fue importante para la historia del poblamiento del África moderna subsahariana. El desarrollo de la agricultura y el trabajo del hierro con el que desarrollaron herramientas avanzadas determinaron las formas de organización sociopolítica, como la campana doble, símbolo que diferenciaba al jefe político del jefe de parentesco,148 y permitieron a los bantúes desplazar a los grupos de cazadores recolectores en todas la regiones donde migraron.149 Tal es el caso de los ambundu, quienes hacia el año 1000 fueron absorbidos por los pueblos bantúes que se asentaron a lo largo de las riberas del río Zaire, donde fundaron Vungu, el primer reino bantú de la zona central del continente.

El carácter exógeno de sus reglas de reproducción así como la forma de transmisión del linaje gobernante vincularon a los bantúes con otros grupos. En la región de los lagos, en las actuales Ruanda y Uganda, los pueblos provenientes del alto Nilo se fusionaron con la migración bantú. Durante el siglo XI, los shonas, descendientes de poderosas familias bantúes, migraron al sur del continente, donde organizaron el reino de Zimbabwe; y en el siglo XIII, los intercambios entre árabes y bantúes originaron el grupo lingüístico cultural swahili, que se extendió hasta la costa oriental del continente, en las ciudades de Mogadishu, Mombasa, Kilwa y Zanzíbar. Probablemente también establecieron la ciudad comercial de Sofala en Mozambique.150 Una característica cultural bantú que refleja la lógica de su difusión lingüística pluriétnica es que la tarea fundamental del ser humano, es decir del mu-ntú, era transmitir la sangre de una generación a otra.151


Los Estados bantúes en el siglo XVI y la invasión portuguesa

Según E. Niziem, hacia el siglo XV, en África Central se habrían desarrollado cuatro complejos político-culturales que descendían de la migración bantú. Se trataba del núcleo mongo, organizado en torno al lago Maindombe; el núcleo de los grandes lagos, en donde concurrían los reinos de Buganda, Ruanda y Burundi; el núcleo del imperio Luba y Lunda en el curso alto del río Zaire, y el más populoso de todos, el núcleo del oeste, formado por una multitud de reinos que se subordinaban a los más importantes: Congo, Bungu, Matamba, Loango, Ngoyo, Kacongo y Ndongo.152 Los pobladores de estos reinos fueron quienes entraron en contacto con los portugueses a finales del siglo XV.

El núcleo bantú occidental estuvo diferenciado en dos áreas étnicas que compartían los mismos referentes lingüísticos y de cultura política: la de la cuenca del Lui, afuente del río Kuango, y la de las sabanas del suroeste. En la cuenca del río Lui estaba el área de las jefaturas territoriales ovimbundus, las cuales se organizaban con base en una asociación de formación militar, el kilombo. Hacia el siglo XV, en esta región se constituyó el reino de Ndongo, conocido entre los europeos como Angola.153

En las sabanas del sudoeste del África Central, los grupos étnicos vilis, congos y tíos, hacia el siglo XV se encontraban organizados en tres grandes reinos: Loango y Congo, en la costa atlántica, y Ma-koko, al interior del continente.154

Tanto en la zona ovimbundu, como en la de congos, vilis y tíos, existía una cultura política común. El sucesor del rey o niyimi era electo por un colegio de nobles que se componía de nueve o doce miembros. El ritual de investidura incluía el incesto con la hermana, que significaba la renuncia del rey a tener familia y por consiguiente a gobernar por igual sobre todos los linajes.155 El rey nombraba a los gobernadores de las provincias o mani, que eran jefes militares y miembros de los linajes nobles. Éstos nombraban a su vez señores menores, quienes mandaban sobre los nkuluntu, jefes hereditarios de cada aldea.156 Como se puede ver, según las investigaciones contemporáneas, en la organización política bantú se combinaba la jerarquía electiva en la centralización superior con el gobierno hereditario de las localidades.

En estos reinos existía una fuerte estratificación social, en la que había nobleza, hombres libres y esclavos dedicados a la agricultura. Eran sociedades agrícolas que se organizaban a partir de sistemas tributarios complejos, que combinaban el tributo en moneda (conchas, cuadros de rafias y cruces de cobre), en especie para el consumo (sorgo, vino de palmera, frutas, ganado), el suntuario (marfil y pieles de animales) y en trabajo.157

Hacia los años ochenta del siglo XV, cuando los portugueses invadieron los reinos del área bantú occidental con sus tratos comerciales y la evangelización cristiana, el reino de Congo había extendido sus dominios sobre los otros reinos y Estados vili, tío y ovimbundu. El centro del reino estaba dividido en seis provincias: Soyo y Mbamba, en el extremo occidental de cara al océano, constituían la entrada al reino; Nsundi, Mbangu, Mbata y Mbenda, donde estaba la capital, Mbanza-Congo, que los portugueses bautizaron como San Salvador.158

A partir de 1483, grupos de comerciantes, soldados y misioneros portugueses llegaron al reino de Congo desde Santo Tomé, con el objetivo primordial de rescatar esclavos para la región de Elmina. Rápidamente entraron en tratos con el rey, a quien erróneamente llamaron Manicongo.159

La evangelización fue determinante para la intervención portuguesa en la política de los reinos bantúes. En 1506, el niyimi Nzinga Ankuvu, llamado Joao I por los lusitanos, fue derrocado por su hermano, don Alfonso, convertido al cristianismo, quien gobernó el Congo por 35 años. Durante su periodo, los portugueses sentaron las bases del comercio negrero con el objetivo de captar el mercado de los pueblos teké en Pombo hacia Elmina, Europa y América.160

Don Alfonso I, conocido como el apóstol del Congo, fue sucedido por Diego I, quien en 1547 firmó un tratado con Juan III de Portugal para negociar 700 esclavos anuales. Este tratado abre la puerta a las negociaciones particulares entre gobernadores y señores de provincias distintas con tratantes portugueses, por lo que en 1555, Diego I expulsa a los portugueses, quienes aprovecharon la oportunidad para comerciar con el reino de Ndongo, cuyo rey les ofreció un territorio al que llamaron Angola en 1571.161

La cristianización de la mano de los contratos comerciales fue el fermento por el que toda la zona entró en guerra. En parte contra la dominación del Congo, y en parte por la captura de esclavos y la primacía en los contratos ofrecidos por los portugueses. En este contexto se desarrolló un grupo étnico-político conocido como los jaga, que desarrolló elementos culturales ovimbundu, como el kilombo, y que se sustentó en la guerra. Junto con los portugueses fueron los principales grupos militares con quienes unos u otros reinos bantúes se aliaban para ir a la guerra. Asimismo, los jaga sirvieron de instrumento para el desarrollo de la trata negrera que benefició a los portugueses.162

La guerra y la desarticulación política, efectos de la penetración europea en el África bantú, explican la instauración de una empresa mórbida: la producción de esclavos africanos.


Inicio de página