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1.2.3 La esclavitud africana, el desarrollo del mercado interno novohispano y la división del trabajo

Los primeros esclavos africanos llegaron a Mesoamérica con la guerra de conquista española. Los conquistadores y sus soldados traían esclavos a su servicio durante la exploración de las tierras continentales que más tarde se convirtieron en Nueva España. Pronto, la utilización de esclavos africanos en las empresas de exploración se volvió una constante, no sólo para el servicio personal, sino como parte de la tropa.163

En los primeros años de la colonización, los esclavos que se introdujeron en México provenían de las Antillas. Con la exploración del continente se produjo un movimiento migratorio de españoles con sus esclavos, en busca de mejores oportunidades. El propio Cortés fue un ejemplo de esto.164 Sin embargo, estas mudanzas terminaron por prohibirse ante el peligro de despoblar los primeros asentamientos europeos en América.165

La historiografía contemporánea sobre la esclavitud africana en Nueva España apunta que la caída vertical de la población indígena fue el factor determinante para el incremento de la demanda de mano de obra cautiva africana.166 Según estas interpretaciones, la etapa de mayor introducción de esclavos africanos coincidió con el grado más bajo del descenso poblacional nativo. Asimismo, se considera que el éxito del comercio de piezas de Indias durante el ciclo portugués se basó en el crecimiento de la demanda hispanoamericana. Se ha dicho incluso que la trata africana se convirtió en "una necesidad absoluta para el sostenimiento de las Indias, en un momento de depresión y crisis".167

Con la especialización del trabajo indígena y su reorganización tributaria, se operó una transformación laboral que desarticuló la necesidad del trabajo esclavo del indio, pero no del africano o el asiático. Sin embargo, los esclavos africanos no reemplazaron a los indios como fuerza primordial de trabajo. La esclavitud de africanos que entraron al mercado internacional como mercancía se combinó con los sucesivos sistemas laborales en la Nueva España. Durante la primera mitad del siglo XVI, los esclavos africanos convivieron con la esclavitud indígena y con el trabajo entregado por los indios como tributo mediante la encomienda. Cuando esos sistemas decayeron, como se explicará más adelante, la fuerza de trabajo esclava africana comprada permaneció junto al trabajo asalariado.

El "negro" constituyó una mercancía producida en los espacios económicos de la trata africana, con las operaciones de rescate y captura controladas por los portugueses que, como ha quedado expuesto, originó el mercado más redituable del mundo moderno. Y su creciente demanda en la Nueva España se debió a la división del trabajo que impuso la "liberación" y especialización del trabajo indígena, es decir, del trabajador tributario/consumidor.

La producción minera y su entorno socioeconómico impusieron una división del trabajo que permitió el desarrollo del mercado interno. Si los asalariados tributarios constituyeron la fuerza de trabajo principal en las actividades centrales de las minas (extracción y refinación), el trabajo esclavo comprado como mercancía fue orientado a las actividades secundarias del mineral, así como a las actividades productivas organizadas en función de éste, como la producción agrícola y las manufacturas. Por otra parte, nunca dejó de existir un porcentaje de esclavos africanos orientado al servicio personal y doméstico.

Aunque los esclavos africanos representaron sólo 14% de los trabajadores de las minas argentíferas a principios del siglo XVII, esto no significó que sus actividades fueran irrelevantes para la producción minera. En algunos casos, los africanos realizaron trabajos como barreteros, es decir, picaban piedra; y existen testimonios de su ocupación en operaciones de superficie, como la molienda y el lavado.168 Ngou-Mvé ha señalado que las actividades principales de los esclavos africanos en la minería se orientaron al mantenimiento de la infraestructura, por ejemplo, el desagüe de los túneles en tiempo de inundaciones. Mientras que los indios asalariados, que eran la mayoría de los trabajadores, se dedicaron a la extracción y el refinamiento del mineral.169

El auge de la producción minera transformó las condiciones laborales; los centros de extracción y fundición encontraron más redituable el trabajo asalariado del indígena, en tanto que el del esclavo se utilizó de manera diferenciada y fue parte de las mercancías que fluyeron desde el comercio controlado por la metrópoli. Aunque se sabe también que por lo menos una parte de los esclavos utilizados en las minas de Zacatecas, hacia finales del periodo portugués, provino de la trata transpacífica.170

Por otra parte, si el trabajo esclavo no fue ocupado en grandes cantidades por las actividades mineras directas, la economía regional organizada con base en aquellas lo incorporó de manera sustancial y creciente en los yacimientos menores de oro, la agricultura mercantil –sobre todo las plantaciones e ingenios azucareros–, las haciendas ganaderas, los obrajes y otras formas de manufacturas, además, desde luego, del servicio personal.

Las plantaciones de caña de azúcar en la región de Veracruz, Valle de Amilpas, Cuernavaca y las costas del Pacífico operaron principalmente con mano de obra esclava. A las plantaciones estuvieron asociados los trapiches, centros donde se procesaba el azúcar, que emplearon casi exclusivamente mano de obra africana. En las haciendas, los esclavos sostenían la producción de trigo y maíz para su comercialización, y en las regiones tropicales, desde Veracruz hasta Campeche, fueron la base de la producción de los monocultivos comerciales, principalmente la caña, pero también el cacao, el tabaco y el plátano.

Otra rama productiva que combinó el trabajo esclavo con otras formas de explotación laboral fueron los obrajes de las ciudades novohispanas, en donde se producían textiles. En estos centros manufactureros, famosos por sus condiciones extremas de insalubridad y maltrato, los dueños mezclaban el trabajo forzado por condena con las capturas de indios que salían de sus repartimientos y con el trabajo esclavo.171

Durante el siglo XVI, y aun en el XVII, otra actividad para la que se emplearon esclavos fueron las obras de construcción. Las instituciones civiles y eclesiásticas ocuparon trabajo esclavo para construir fortificaciones e iglesias; las órdenes religiosas compraban esclavos para edificar sus conventos. Por otro lado, el servicio personal fue un trabajo que requirió la educación del esclavo, quien se hacía cargo de las necesidades domésticas en las haciendas y de las casas de los funcionarios reales y principales en las ciudades.

Mapa trata atlaántica de esclavos

El mestizaje afroamericano conformó una diversidad fenotípica que fue estratificada socialmente por los peninsulares en una clasificación: mulato, hijo de blanco y negra; pardo, hijo de india y negro; zambo, hijo de mestiza y negro, y una infinidad de combinaciones que recibieron nombres diversos, agrupados en general bajo el término "castas", que designaba una condición racial y social pero no jurídica.

Muchos elementos de las culturas y tradiciones traídas por los africanos o producidas en el contexto de la esclavitud se difundieron en las ciudades y pueblos de todo el virreinato.


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