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1.1.2 Periodo Preclásico, la formación de la tradición mesoamericana


Preclásico temprano (2500-1200 a. C.)

Como ya se ha mencionado, el Preclásico (2500 a. C.-200 d. C.) se caracteriza porque es durante este periodo cuando se crearon y comenzaron a tomar forma las características básicas de las sociedades mesoamericanas.

El desarrollo de la agricultura fue un proceso que llevó muchos cientos de años. Los primeros pobladores del territorio mexicano, al cual entraron hace unos 30 000 años, tenían una economía basada en la recolección y la caza; estaban organizados en pequeñas bandas o tribus nómadas. Estos grupos no se movían aleatoriamente, sino que realizaban un periplo con puntos bien definidos, los cuales se establecían por la presencia de ciertos recursos en determinadas épocas del año.

A lo largo de estos recorridos, el hombre comenzó a interrelacionarse con ciertas plantas, algunas de las cuales sufrieron cambios genéticos y las mejores fueron aprovechadas. De esta forma se comenzó a realizar una selección artificial. Con el paso del tiempo, las plantas requirieron del cuidado y protección del hombre, y esta mayor atención produjo un mayor rendimiento.17 Lo anterior tuvo como resultado la domesticación18 de ciertas plantas comestibles, hecho que ocurrió hace unos 6 000 años. Las plantas domesticadas de mayor antigüedad en el territorio mesoamericano son: el maíz, la calabaza, el frijol, el chile, el tomate y el aguacate.

Estas pequeñas bandas tenían sus asentamientos en abrigos rocosos o campamentos abiertos, los cuales pueden ser distinguidos, hoy en día, por la presencia de artefactos y fogones.19 Algunos sitios de estas características son: las cuevas de El Riego en Tehuacán; Guilá Naquitz, en el Valle de Oaxaca20 y las cuevas del suroeste de Tamaulipas y el sur de Puebla.21

Estos grupos de recolectores-cazadores incorporaron cada vez más los productos cultivados a su dieta, sustituyendo el consumo de animales por más vegetales.22 Esta mayor dependencia del cultivo provocó que los asentamientos se prolongaran cada vez más, hasta que se convirtieron en permanentes. Aunado a esto, los grupos humanos comenzaron a aumentar el número de sus miembros y a requerir de una mayor cantidad de alimento. Estos asentamientos se transformaron en aldeas permanentes, que dependían totalmente de la agricultura23 como medio de subsistencia.

Paulatinamente, las aldeas comenzaron a hacerse más grandes y se construyeron estructuras domésticas de materiales perecederos. El establecimiento permanente en aldeas permitió el desarrollo de otra técnica fundamental para el hombre. La cerámica constituyó uno de los descubrimientos más importantes de estos grupos humanos y va de la mano con el sedentarismo. En efecto, para los grupos de recolectores-cazadores que tenían que moverse constantemente no era práctico el uso de objetos que pudieran romperse fácilmente. Es así que predominaban los objetos de cestería o ciertas plantas como el guaje o bule que, una vez seco, puede utilizarse para transportar y guardar líquidos o semillas. Pero en el momento en que el hombre pudo establecerse por más tiempo o definitivamente en ciertos territorios, el uso de objetos de cerámica fue fundamental para el almacenamiento. Los ejemplos más tempranos24 fueron encontrados en Puerto Marqués, Guerrero; Tehuacán, Puebla, y Tlapacoya, estado de México, todos datan de aproximadamente 2400-2300 a. C.25

Estos grupos humanos tenían una organización social que ha sido denominada como igualitaria, aunque tal "igualitarismo" no era general. Por un lado, el trabajo se dividía por sexo y edad. Las mujeres realizaban ciertas actividades, diferentes a las de los hombres, como por ejemplo: la recolección de granos, frutos y semillas; el cuidado de los hijos y del hogar; la elaboración de objetos cerámicos. El trabajo de la mujer era individual. Por su parte, el hombre se dedicaba a cazar animales, y lo hacía en compañía de los otros hombres del grupo, por lo que su actividad era mucho más social que la de la mujer. El trabajo que realizaban los adultos era diferente a lo que podían hacer los niños o los ancianos. Estos últimos tenían un papel importante en el grupo, pues algunos poseían conocimientos sobre plantas y uno de ellos controlaba ciertos aspectos de la sobrenaturaleza. Este personaje, conocido como chamán, era una figura preponderante dentro de los grupos humanos.

Sería en el siguiente periodo cuando se presentaron ciertos rasgos culturales que provocaron la estratificación social y, posteriormente, la jerarquización.


Preclásico medio: el fenómeno olmeca (1200- 400 a. C.)

Hacia finales del Preclásico temprano, las aldeas agrícolas igualitarias comenzaron a experimentar ciertos cambios culturales. Algunas de estas aldeas aumentaron en tamaño y comenzaron a controlar los pequeños asentamientos que los rodeaban. El aumento de población permitió la especialización laboral. Surgieron grupos26 que ya no se dedicaban a la agricultura, sino a la producción de objetos de piedra, cerámica, cestería y otros trabajos especializados. Asimismo, la producción agrícola aumentó en gran medida, gracias al perfeccionamiento de los sistemas de riego (uso de canales, terrazas, represas), lo que generó un plusproducto que podía almacenarse. Lo anterior permitió el incremento del intercambio entre las distintas aldeas. Dentro de este intercambio comenzaron a circular objetos de lujo, especialmente fabricados de piedras finas de color verde, genéricamente llamadas jade.

Las unidades domésticas no eran totalmente autosuficientes, pues requerían de otras unidades para satisfacer sus necesidades. Esta relación, mediante la cooperación y el intercambio, se refuerza a través del parentesco.27 Un grupo de unidades domésticas, especializadas en distintas actividades y relacionadas entre sí, forman un linaje.28 Cada linaje tiene la misma oportunidad de obtener la posición dominante. Lo importante es saber cómo un linaje logra colocarse por encima del resto.

La jerarquización social es producto de una serie de relaciones humanas entre grupos diversos. Dichas relaciones se dan por el intercambio y la asociación. Al igual que otros procesos sociales, tal jerarquización no se presentó de la noche a la mañana. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que un sector de la sociedad aldeana pudiera hacerse con el poder. El resultado fue que un sector privilegiado dentro de un linaje específico comenzó a concentrar una serie de actividades, como por ejemplo, el dominio de ciertos conocimientos o la producción y distribución de ciertos bienes. Poco a poco, este grupo empezó a imponerse en el poder, argumentando su mayor cercanía con un antepasado común, lo que lo legitimaba en la dirección del grupo. Además, se requería de un grupo con la fuerza necesaria para controlar al resto de la sociedad.29

Una de las regiones que muestra una clara secuencia de desarrollo cultural es el Valle de Oaxaca. El valle es en realidad la conjunción de tres distintos valles que forman una especie de "Y". Los distintos ramales son: el valle de Etla al noroeste, el de Tlacolula al este y el Valle Grande o Zaachila-Zimatlán al sur. Estos tres valles son regados por dos ríos, el Salado y el Atoyac, los cuales forman depósitos aluviales que crean tierras fértiles, destacando el valle de Etla como el más fértil. Al interior de estos valles, durante el Preclásico temprano, comienzan a surgir algunas pequeñas aldeas de menos de tres hectáreas, con entre 3 y 10 unidades habitacionales. La única excepción fue el sitio de San José Mogote, que durante este periodo presenta cierta diferenciación regional en cuanto al patrón de asentamiento. San José Mogote creció de manera distinta que el resto de las aldeas.30 Este patrón se hizo más marcado y creciente durante el Preclásico medio, periodo durante el cual se convirtió en la aldea más grande y controlaba a una serie de pequeños asentamientos satélites. Así, San José tenía una estructura político-social que le permitió diferenciarse del resto de las aldeas que le rodeaban. Dicha estructura le posibilitó controlar rutas de comercio y dominar la región.

Al interior del sitio también se encuentran muestras de diferenciación, tanto en el aspecto de las casas habitación como en el de los enterramientos, algunos de los cuales contienen ofrendas de cerámica fina y ornamentos de jadeíta. Algunos de estos objetos muestran rasgos olmecoides, prueba de la existencia de contactos con la zona de la Costa del Golfo.

Hacia el año 800 a. C. hay una clara distinción jerárquica de sitios, y San José Mogote sigue controlando la región del valle de Etla. El sitio alcanza una población de 1 000 personas en un área de poco más de 60 hectáreas.31 Se construyen edificios públicos de mampostería. Destaca el hallazgo en uno de estos edificios, de una loza de piedra tallada con la imagen de lo que se ha interpretado como un cautivo (Monumento 3).32 El personaje lleva los ojos cerrados33 y muestra una posición extraña. Al centro de su pecho se muestran marcas de sacrificio por extracción del corazón. Lo más importante de este monumento es la existencia de dos glifos que describen el nombre calendárico del personaje, basado en el calendario de 260 días y que se puede leer como "1-Temblor" o "1-Movimiento".34 El Monumento 3 es una muestra clara de conflictos bélicos entre las diferentes aldeas del Valle de Oaxaca. La loza fue hallada en forma horizontal en medio del andador de uno de los edificios públicos, lo que indica que toda persona que pasaba por ahí tenía que pisar al cautivo y, de manera simbólica, humillarlo.

piedra tallada prehispánica
Monumento 3, San José Mogote, Oaxaca. El personaje porta el nombre calendárico "1 Movimiento"
© Hugo García.

Hacia finales del periodo Preclásico medio se gestó una serie de procesos que modificaron la estructura social del Valle de Oaxaca. Veremos más adelante el desarrollo urbano, así como el desarrollo de una jerarquización política y social que culminaron con el establecimiento de una de las ciudades más importantes de Mesoamérica: Monte Albán.

El desarrollo cultural más sobresaliente del Preclásico medio se presentó en la Costa del Golfo y se ha denominado como cultura olmeca.35 Por muchos años se conoció a los olmecas como la "cultura madre", término considerado hoy en día erróneo, pues se basaba en una visión difusionista de los procesos sociales en la cual se buscaba un foco de propagación de cultura que se pensó eran los olmecas de Mesoamérica. En la actualidad sabemos que la tradición cultural mesoamericana fue una construcción común de todos los pueblos que han habitado dicho territorio. ¿Pero qué es en realidad lo que llamamos olmeca? ¿Un grupo étnico, un estilo artístico, una ideología política, un movimiento religioso, un Estado? En realidad no sabemos con exactitud. Pero a partir del año 1200 a. C. comenzaron a surgir una serie de elementos de estilo olmeca por varias partes de lo que sería Mesoamérica,36 aunque fue en la región de Veracruz y Tabasco donde se concentraron las mayores representaciones de este estilo.

La mayor parte de esta región queda por debajo de los cien metros sobre el nivel del mar, con excepción de las elevaciones llamadas Los Tuxtlas, que alcanzan una altura menor a los 500 metros y fueron una fuente importante de extracción de material pétreo para la fabricación de esculturas y edificaciones.37 Casi todo el territorio olmeca se caracteriza por la gran cantidad de ríos, pantanos y lagunas.

Cronológicamente, San Lorenzo es uno de los asentamientos más tempranos de la zona central olmeca. Las fechas más tempranas del sitio son de alrededor del año 1500 a. C., aunque la ocupación verdaderamente olmeca se presentó entre los años 1150 y 900 a. C. (Fase San Lorenzo).38 Hacia el año 900 a. C., San Lorenzo dejó de ser el centro olmeca más importante y cedió su lugar a otro asentamiento, La Venta.

La Venta se caracteriza por su gran planificación urbana, que describe un eje norte-sur, con edificios rectangulares alargados que describen plazas entre ellos. Se han distinguido diez complejos arquitectónicos y destaca su gran basamento piramidal, de forma irregular, con esquinas remetidas.39 Sobre la mayoría de los edificios de tierra apisonada se construyeron cuartos de materiales perecederos: con postes de madera y techumbre de hojas de guano.

En el complejo A, se descubrieron además una serie de ofrendas monumentales de mosaicos de piedra verde. Estas ofrendas son subterráneas, con una profundidad de 8 metros y cerca de 20 metros por lado, dentro de las cuales se depositó un mosaico formado de bloques de roca serpentina en forma de un diseño abstracto.40

Junto con San Lorenzo y La Venta, pueden señalarse otros sitios importantes al interior del área nuclear olmeca, como Tres Zapotes, Las Limas, Potrero Nuevo y San Martín.41

Altar Olmeca
Altar olmeca. Parque Museo La Venta, Villahermosa, Tabasco
© Hugo García.

Como ya se ha mencionado, fue el estilo artístico el rasgo más distintivo de los olmecas. Las manifestaciones artísticas de estos grupos humanos van desde grandes y masivas esculturas en piedra, como las famosas "cabezas colosales", los altares o tronos y las estelas. Además de la escultura de grandes dimensiones, los olmecas eran excelentes talladores de piedras verdes, material con el cual produjeron varios tipos de esculturas de menor tamaño, como las hachas votivas.

Entre los elementos iconográficos más importantes del arte olmeca están la llamada "Cruz de San Andrés", los labios superiores levantados hacia arriba, la ceja flamígera y, sobre todo, una abertura en forma de "V" que llevan casi todas las imágenes de este estilo. Dicha abertura ha sido interpretada como el surco que se realiza en la tierra de cultivo y del cual brotarán las plantas. El tema principal del arte olmeca fue el hombre,42 aunque en muchas ocasiones se añadían rasgos animales a la figura humana. Muchos investigadores han supuesto que estos rasgos animales pertenecen al jaguar, animal muy apreciado por todos los grupos prehispánicos debido a sus características y su asociación con el poder.

En cuanto a sus creencias, los olmecas estaban muy influidos por su entorno natural. Ya se ha dicho que el jaguar fue una de las figuras más importantes de su concepción artística y religiosa. Muchos investigadores han querido encontrar los gérmenes de las deidades posteriores en las representaciones olmecas. Por ejemplo, Miguel Covarrubias43 presentó un cuadro que pretendía explicar el desarrollo de la deidad de la lluvia, conocida por los mexicas como Tláloc, desde las manifestaciones artísticas olmecas. Karl Taube por su parte, ha interpretado las figuras con la frente hendida como el dios del maíz olmeca.44

Otro desarrollo cultural interesante durante el Preclásico medio se presentó en el Altiplano Central mexicano. Los patrones de crecimiento poblacional y el aumento en el número de aldeas fueron constantes. Surgieron cabeceras regionales que controlarían aldeas menores. Destacan los sitios de El Arbolillo y Zacatenco en la Cuenca de México.

Cabeza colosal
Cabeza colosal 1, zona arqueológica La Venta, Tabasco, México
© Hugo García.

Otro de los sitios de mayor interés durante este periodo es Chalcatzingo, que se ubica en el estado de Morelos, en el valle de Amatzinac. Está integrado por una serie de terrazas que fueron construidas para aprovechar el terreno. Lo más importante del sitio es una serie de grabados en piedra que muestran una iconografía ecléctica, con rasgos que nos recuerdan lo olmeca y elementos locales. El más famoso de estos relieves se denomina "El Rey", y está grabado en las paredes de uno de los cerros. Su imagen representa a un personaje sentado sobre un pequeño trono en forma de "S" horizontal. Sobre sus manos porta el mismo elemento sobre el que está sentado.45 El personaje está en el interior de la cueva de la montaña, de la cual surgen una serie de volutas que representan al viento. Al exterior de la cueva se pueden ver gotas de lluvia que están fertilizando la tierra. "El rey" lleva un tocado tubular con adornos de pequeñas aves, que posiblemente representen quetzales por el gran tamaño de las plumas de sus colas. Lo anterior muestra la importancia comercial que tuvo Chalcatzingo. La presencia de los quetzales puede mostrar el desarrollo de un sistema de intercambio a larga distancia. La ubicación de Chalcatzingo le permitió controlar una serie de rutas que conectaban la Cuenca de México, la Costa del Golfo y así, llegar hasta el sureste.

Figura en relieve
"El Rey", sitio arqueológico, Chalcatzingo, Morelos, México
© Hugo García.


Preclásico tardío (400 a. C.-200 d. C.)

Como ya se ha mencionado, una de las características más peculiares de este periodo es la desaparición del fenómeno olmeca, aunque todavía se encontrarán algunos rasgos típicos de este estilo en varias regiones de Mesoamérica. Otra característica fundamental del Preclásico tardío fue el desarrollo de los sistemas de registro y del calendario. Veamos ahora con detalle lo que ocurrió en algunas de las subáreas culturales durante este tiempo.

En Oaxaca, habíamos dejado a San José Mogote como la aldea más importante de los valles centrales. Pero hacia el año 500 a. C. un nuevo asentamiento comienza a controlar dicho territorio. Nos referimos a Monte Albán. Localizada en la parte superior de un cerro, en la confluencia de los tres valles, Monte Albán logró dominar al resto de las aldeas. Algunos investigadores han propuesto que el surgimiento de Monte Albán se debió a la unión de tres aldeas distintas en una compleja entidad política. La creación de un sitio como Monte Albán implica, necesariamente, un aparato de gobierno capaz de poder movilizar a un gran número de población. Esto nos habla de una jerarquización notable al interior de la sociedad oaxaqueña. Del Preclásico tardío data el Edificio de los Danzantes, construcción que contaba con varias lápidas grabadas con la representación de figuras humanas en posiciones extrañas, lo que les ha valido su nombre. Las lápidas han sido interpretadas de varias maneras pero la más aceptada es que se trata de cautivos de guerra sacrificados. Todos los personajes están desnudos y tienen los ojos cerrados. Las extrañas posiciones de sus cuerpos, así como las muestras de emasculación nos indican el sacrificio. Muchas de ellas cuentan con glifos que posiblemente hagan referencia al nombre de los personajes.

Lápida
Lápida en el Edificio de los Danzantes, Monte Albán, Oaxaca, México
© Hugo García.

El Montículo J es otro de los edificios que destaca. Su orientación difiere del resto de los edificios y la planta del montículo tiene forma de punta de flecha. Fue decorado por un total de 40 losas que registran conquistas llevadas a cabo por Monte Albán. Las lápidas constan de tres elementos: un diseño esquemático en forma de cerro, interpretado como el signo para "lugar", debajo del cual aparece una cabeza humana volteada hacia abajo que indica conquista, ambos elementos son constantes en todas las lápidas. Por encima del cerro aparece un signo, distinto en todos los casos, que hace referencia a los nombres de los lugares. Se han podido identificar algunos de los topónimos, con nombres de sitios que en la actualidad son Cuicatlán, Miahuatlán, Tututepec, Sosola, Ocelotepec y Chiltepec.46

Tanto las lápidas de los Danzantes, como las del Montículo J, hacen referencia a un periodo de inestabilidad política, durante el cual Monte Albán tuvo que hacer uso de la fuerza para controlar a distintos poblados. Para finales del Preclásico, Monte Albán contaba con más de 3 000 habitantes divididos en 14 barrios.

En el área maya hubo cambios significativos en este periodo. Algunas aldeas alcanzaron tal nivel de desarrollo que llegaron a constituirse en verdaderas ciudades. Nakbé y El Mirador, en la región del Petén guatemalteco, son ejemplos claros de ello. El Mirador, al norte de Guatemala, cerca de la frontera con México, fue una de las ciudades más imponentes de su época. Cuenta con dos grandes basamentos piramidales, La Danta y El Tigre, que en su parte superior presentan el patrón arquitectónico típico del Preclásico, los edificios triádicos. Sobre una enorme plataforma piramidal, desplantan tres edificios, dos a los extremos, uno frente a otro, y uno al centro, orientado hacia la escalinata principal.

Los basamentos presentan la peculiaridad de estar decorados con grandes mascarones de estuco, con representaciones figurativas del Sol, Venus o montañas personificadas. Las características de sitios como El Mirador, con una urbanización cristalizada, son muestra clara de que en el área maya se había alcanzado la organización estatal hacia el año 300 a. C. Por otro lado, la diferenciación social y la especialización laboral permitieron el surgimiento de un grupo de gente encargado del registro calendárico y del desarrollo de la escritura. En el sitio de San Bartolo, en Guatemala, se descubrieron, en el interior de un edificio, muros con escenas míticas pintadas. Las pinturas de San Bartolo son una muestra del gran avance artístico al que habían llegado los mayas. En sus muros hay también registros glíficos, los más tempranos encontrados hasta ahora (alrededor de 100 a. C.) y que desafortunadamente no se han podido descifrar.

En la región de la costa del Pacífico hay que destacar el desarrollo de la cultura de Izapa. Aunque no se puede enmarcar entre lo maya, las representaciones iconográficas del sitio de Izapa, muestran elementos que más tarde encontraremos en el arte maya.

A partir del año 500 a. C. hubo cambios significativos en el Altiplano Central. Sitios importantes del Preclásico medio, como Chalcatzingo, son abandonados. Arquitectónicamente, abundan los edificios piramidales. En la Cuenca de México sobresale Cuicuilco. Ubicado al sur de lo que era el lago de Texcoco, se encontraba en un territorio óptimo para el cultivo; existen evidencias de canales de riego.47

El edificio más importante de este asentamiento tiene forma de cono truncado, con una rampa de acceso en el lado oeste. Hacia finales del Preclásico tardío, Cuicuilco era el sitio más grande de la cuenca: tenía una población de 20 000 habitantes y cubría aproximadamente 400 hectáreas.48

Poco más tarde, alrededor del año 200 a. C., surgió un nuevo foco de atracción de población al norte de la cuenca. En el valle de Teotihuacan se asentaron varios grupos humanos que comenzaron a formar lo que sería la ciudad más importante del siguiente periodo.

La ubicación de Teotihuacan se debió a varios factores. Uno de los más importantes fue la existencia de cuevas subterráneas que fueron utilizadas como punto de peregrinaciones. La jerarquización al interior del sitio y una organización estatal es evidente con la construcción de las dos grandes pirámides: la del Sol y la de la Luna, ambas del Preclásico tardío.

Otro elemento importante de la ubicación de Teotihuacan fue su cercanía con las minas de obsidiana de Pachuca. Teotihuacan monopolizó la explotación y elaboración de productos de obsidiana durante varios siglos.

Hacia el año 100 a. C., el volcán Xitle, ubicado en la sierra de Xochimilco, hizo erupción, inundando de lava toda la parte sur de la cuenca y formando lo que hoy conocemos como Pedregal de San Ángel. Este fenómeno natural provocó el abandono total de Cuicuilco, cuya población ya había comenzado a moverse hacia Teotihuacan.

El caso de la zona occidental de Mesoamérica fue diferente al resto de las áreas culturales, pues no mostró el desarrollo cultural de otros sitios y además es una región sin una clara unidad cultural. Una de las manifestaciones más importantes de esta región fue la llamada Tradición de las Tumbas de Tiro. Localizada en los estados de Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, inició en el año 200 a. C. y se extendió hasta el 600 d. C.49 Se trata de tumbas excavadas en el tepetate, a las que se accede a través de un tiro cilíndrico de uno a dos metros de diámetro y que, en ocasiones, alcanzan hasta los 16 metros de profundidad. Al interior, fueron excavadas una, dos o más cámaras funerarias donde se depositaron restos humanos, acompañados con ofrendas de algunas de las piezas cerámicas más bellas y de mejor calidad de Mesoamérica. De hecho, la calidad de estas piezas ha ocasionado que las tumbas de tiro sean objeto constante de saqueadores, quienes las venden ilegalmente en el mercado negro.

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