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1.1.4 Periodo Posclásico

Por mucho tiempo se consideró al Posclásico como un periodo totalmente diferente del Clásico, sobre todo cuando se concebía a este último como el momento del clímax artístico y religioso y al primero como el de los grandes militares en el poder. Ahora sabemos que las diferencias son más matizadas. Que durante el Clásico la guerra jugó un papel mucho más importante del que se pensaba y que el Posclásico no significa, necesariamente, una decadencia de las tradiciones mesoamericanas.

Las características del Posclásico ya se han mencionado, un auge en el militarismo, inestabilidad política, gran movilidad poblacional, auge de la iconografía guerrera y de sacrificio.77 Hemos mencionado que el germen de estos cambios inicia durante el Epiclásico.

Un cambio importante entre ambos periodos se presenta en la posibilidad de obtener información. Para el Posclásico ya no sólo contamos con la arqueología y la antropología física, sino también con documentos coloniales en español y lenguas indígenas, lo que permite conocer este periodo con mayor precisión.78

La caída de las grandes capitales provocó que un gran número de población comenzara a moverse por el territorio mesoamericano. Al retraerse la frontera septentrional, los agricultores regresaron acompañados de recolectores-cazadores y esta afluencia de grupos norteños debió tener un gran peso.79 Estos grupos adoptaron rápidamente elementos culturales mesoamericanos, a la vez que infundieron una nueva visión militarista a las sociedades de agricultores sedentarios.80 Fueron elementos característicos de estos grupos el arco y la flecha. Poco a poco se introdujeron en la vida política de los nuevos centros, ya que tenían intenciones de dominio político y militar que les permitiera obtener tributos de los pueblos sometidos.

El Posclásico abarca del año 900 o 1000 al año 1521 d. C., cuando la llegada de los españoles puso fin a una larga tradición cultural y dio origen a nuevas manifestaciones sincréticas.

mapa zonas culturales del poclásico

 


Los toltecas

Cuando se habla de la capital de los toltecas hay que referirse tanto a las fuentes históricas como a la arqueología. En las primeras,81 el origen de los toltecas se sitúa hacia principios del siglo X d. C., cuando un grupo de toltecas-chichimecas, encabezados por Mixcóatl, llega a territorio mesoamericano y ocupa varios pueblos. En Morelos, Mixcóatl se encuentra con una mujer llamada Chimalma con la que tiene un hijo, Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, quien tras la muerte de su padre se convierte en dirigente de los toltecas. Fue Quetzalcóatl quien, según las fuentes, fundó la ciudad de Tula, en donde fue líder y sacerdote hasta que se vio obligado a huir hacia el oriente.

Por mucho tiempo se debatió la localización de la famosa Tula de las fuentes. Fue Wigberto Jiménez Moreno quien propuso que el sitio de Tula-Xicocotitla, en Hidalgo, había sido el asiento de los toltecas.

Aunque la ocupación de la región de Tula data de tiempos teotihuacanos, la llegada de los toltecas-chichimecas a la zona se ha fechado hacia el año 900 d. C.82 y el auge del sitio se presentó entre el 950 y el 1150 d. C.

Las características más importantes de la ciudad son el uso de salas hipóstilas,83 la iconografía de animales carroñeros devorando corazones y de procesiones de guerreros armados, la utilización de columnas atlánticas, los portaestandartes, el tzompantli,84 las columnas en forma de serpientes descendentes, los telamones y el llamado chac mool.

La caída de Tula es tan oscura como su origen. Los indicadores arqueológicos fechan el suceso en el año 1156 d. C.85 y aluden a conflictos internos, como mutilación intencional de monumentos y remoción de esculturas. Sin embargo, el área nunca se deshabitó por completo.86

Atlante de Tula
Zona arqueológica de Tula, Hidalgo, México
© Latin Stock México.

 


Los mexicas

Cuando alguien se refiere al pasado prehispánico, inmediatamente llega a nuestra mente el nombre del pueblo mexica. Esto se debe a que fue este el pueblo con el que más contacto tuvieron los españoles y del que más se escribió durante la época colonial.

La historia mexica inicia en la lejana tierra de Aztlan, cuya ubicación exacta aún se desconoce, aunque se piensa que es en algún punto del norte de México. Las historias cuentan que los aztecas, habitantes originales de Aztlan, explotaban a los mexicas, quienes cansados de tal situación decidieron ir en busca de mejores condiciones de vida87 y salieron dirigidos por su dios Mexi,88 también llamado Huitzilopochtli. Tras un largo recorrido, organizados en calpultin o barrios, lograron por fin establecerse en un pequeño islote en el interior del lago de Texcoco, el cual pertenecía al rey de Azcapotzalco, a quien tuvieron que rendirle tributo y vasallaje. Las primeras acciones que emprendieron fueron la construcción del templo dedicado a Huitzilopochtli y a Tláloc, el cual sería engrandecido cada cierto tiempo, y la planificación de la ciudad, que quedó dividida en cuatro sectores, cada uno ocupado por diversos calpultin. Trece años después de la fundación de Mexico-Tenochtitlan, un grupo se separó para fundar, al norte, la ciudad de Mexico-Tlatelolco.

Lo siguiente que hicieron los mexicas fue acercarse a la gente de Culhuacan, quienes se decían descendientes de los toltecas, para pedirles un rey. Los tlatelolcas hicieron lo mismo, acudiendo para ello con la gente de Azcapotzalco.

Prenda de Algodón
Xicolli. Prenda de algodón, probablemente utilizada como vestimenta asociada a Tláloc
© Héctor Buenrostro.

 

Los mexicas, que demostraron ser bravos guerreros, fueron utilizados por la gente de Azcapotzalco como mercenarios de guerra, actividad que les rindió grandes frutos. Sin embargo, tras la muerte del señor de Azcapotzalco, Tezozómoc el viejo, los conflictos con su sucesor, Maxtla, no tardaron en presentarse. Lo anterior culminó en una guerra entre ambas ciudades y en la derrota de los tepanecas de Azcapotzalco en 1430.89 Los mexicas recibieron el apoyo de sus amigos de Texcoco y de un pequeño pueblo del occidente de la cuenca, Tlacopan. Tras la victoria, los vencedores reorganizaron el territorio bajo el dominio de una nueva Triple Alianza,90 o Excan Tlatoloyan. Pero aunque en teoría este sistema de gobierno establecía la igualdad entre los tres reinos, en la práctica siempre fueron los mexicas quienes tuvieron el control y se beneficiaron de las conquistas emprendidas.

Los triunfos militares trajeron consigo reformas políticas al interior de Mexico-Tenochtitlan. Tanto Izcóatl como Moctezuma Ilhuicamina realizaron profundas transformaciones en la sociedad mexica.

Estela conmemorativa
Estela conmemorativa de la última ampliación del Templo Mayor, comenzada por Tízoc en 1487 y terminada durante el gobierno de Ahuízotl
© Héctor Buenrostro.

 

Los sucesores de Moctezuma Ilhuicamina, los hermanos Axayácatl, Tízoc y Ahuízotl, continuaron la expansión territorial. Con el último, los comerciantes mexicas se vieron favorecidos, logrando obtener puestos administrativos de importancia.91 El siguiente gobernante, el poderoso Moctezuma Xocoyotzin, se encargó de consolidar y reorganizar el reino. Fue el periodo de esplendor mexica. Sin embargo, también fue Moctezuma quien debió hacer frente a la conquista española y, a su muerte, siguieron dos breves periodos de gobierno en manos de Cuitláhuac y Cuauhtémoc.

La sociedad mexica estaba dividida entre tres grupos: los nobles o pipiltin, los plebeyos o macehualtin y los esclavos o tlatlacotin. Las diferencias entre los distintos grupos estaban fuertemente marcadas. Los nobles obtenían todos los beneficios: no pagaban tributos, ocupaban puestos de gobierno y administración, utilizaban vestidos fabricados en algodón, podían oler las flores, bebían chocolate y podían fumar. Por su parte, los macehualtin tenían que pagar tributo (en especie o trabajo), utilizaban ropas de fibras duras, no podían beber chocolate y no podían usar calzado. La educación también era distinta. El pilli 92 asistía al calmecac, en donde aprendía oratoria, tácticas de guerra y cuestiones de gobierno y sacerdocio. Su educación era sumamente rígida, pues a su salida llevaría una vida holgada. En cambio, el macehual iba al telpochcalli, donde recibía una educación más laxa, ya que su vida posterior sería dura y exigente. Los estudiantes de estas escuelas cumplían sus deberes labrando tierras, construyendo templos y acudían a las batallas como cargadores.

Mapa Expansión Mexica

 

Estos grupos sociales estaban organizados en calpultin. El calpulli 93 era una organización basada en el parentesco, todos sus integrantes descendían de un antepasado común, compartían un mismo dios patrono y tenían la misma actividad económica, que les había sido dada por su dios patrono.

A nivel político, la organización más importante fue el tlatocáyotl, dirigido por el tlatoani y el cihuacóatl.94 El primero era un personaje semidivino, representante de Tezcatlipoca en la tierra; era el dirigente militar, el sumo sacerdote y el juez supremo.95 El segundo era el ayudante más próximo del tlatoani, lo suplía en ausencias y sus tareas eran de carácter administrativo, hacendario y judicial.

Tlatecuhtli
Tlatecuhtli. Diosa mexica de la tierra
© Héctor Buenrostro.

 


Los mayas durante el Posclásico

El área maya experimentó cambios sustanciales con la llegada del Posclásico. La llegada de gente extranjera a la región jugó un papel fundamental en estos acontecimientos. ¿Quiénes eran estos extranjeros? Se les ha llamado mexicanos. A favor de un término más adecuado, López Austin y López Luján los han denominado zuyuanos.96 Se trata de personas con concepciones políticas distintas a las del área maya, con un énfasis en lo militar. Se dice en las fuentes que eran hablantes de una extraña lengua mayence y que le rendían culto a la Serpiente Emplumada.

En el Posclásico las tierras bajas centrales dejarán de ser el epicentro del área maya y ahora lo serán las tierras altas de Guatemala y la península de Yucatán, donde se concentraron las ciudades de estos nuevos personajes.

En la península de Yucatán destaca la ciudad de Chichén Itzá con su clara iconografía y estilo arquitectónico asociados con los toltecas. Se ha dicho que un grupo de toltecas salió del centro de México para fundar una nueva ciudad en el área maya. Otros autores apuntan en el sentido contrario y establecen que la influencia se dio al revés. Lo cierto es que tanto Tula como Chichén Itzá, separadas por cientos de kilómetros, son ciudades gemelas sin ninguna otra similar entre ellas.

Según los textos coloniales, hacia el siglo X d. C. llegó al norte de Yucatán un grupo de zuyuanos, quienes ocuparon la ciudad de Chichén, que había sido fundada por mayas varios años antes. Con la llegada de los zuyuanos, la configuración de la ciudad cambió radicalmente. Se construyeron salas hipóstilas, se decoraron los edificios con lápidas de animales devorando corazones, se levantaron adoratorios al planeta Venus como estrella de la mañana, los techos fueron sostenidos por columnas de serpientes descendentes, se hicieron esculturas de chac mool, entre otros elementos característicos de Tula. El edificio principal de la ciudad, "El Castillo", fue dedicado a Kukulcán,97 deidad suprema durante este periodo.

Tras la caída de Chichén, otra ciudad toma su lugar como centro de poder en la península. Se trata de la ciudad de Mayapán, copia menor de su antecesora.

Por su parte, en la zona de los altos de Guatemala se presentó casi el mismo patrón que en el norte de Yucatán. Se fundaron nuevos sitios por gente con costumbres distintas. La arquitectura tiene reminiscencias del centro de México, sin llegar a la utilización de los elementos presentes en Chichén. Aquí también se rindió culto a la Serpiente Emplumada bajo el nombre quiché de Gucumatz. Los pueblos protagonistas de la región fueron los quichés, los cakchiqueles, los tzutujiles y los rabinales.

En ambas regiones se crearon también alianzas tripartitas, rasgo característico del zuyuanismo. En el aspecto político, en el norte, las ciudades continuaban gobernadas por una élite hereditaria bajo las órdenes del halach winik ("hombre verdadero"), cuyo poder estaba matizado por una serie de ancianos nobles. El halach winik gobernaba sobre las poblaciones dependientes, por medio de funcionarios llamados bataboob, quienes controlaban a grupos menores de familias de agricultores. Un patrón similar ocurrió en la zona de los altos de Guatemala.

Pirámide Chichén Itzá
"El Castillo", edificio principal de la ciudad maya de Chichén Itzá. Zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, México
© Latin Stock México.

 


La Costa del Golfo en el Posclásico

La historia posclásica de la Costa del Golfo estuvo protagonizada por dos grupos distintos: los huastecos y los totonacos.

Los huastecos tenían una larga presencia en la región norte de Veracruz y sur de Tamaulipas. Son hablantes de lengua maya, separados de los hablantes de estas lenguas por razones que aún no son bien comprendidas. Para el Posclásico, se hace evidente la influencia del centro de México en sitios como Castillo de Teayo o Tamuín.98 Para el siglo X, otros sitios huastecos experimentaron florecimiento y crecimiento. Lo más distintivo de esta cultura, además de su cerámica, fue la escultura en piedra. Se trata de figuras muy hieráticas y estilizadas, cuyos atavíos permiten identificarlas con ciertas deidades, entre ellas la Serpiente Emplumada.99 También destacan las tallas en conchas y la pintura mural. Los grandes señoríos huastecos fueron controlados militar y económicamente por los mexicas, quienes conquistaron estos sitios en busca de productos de la región.

Más asociados a la parte central de Veracruz, encontramos a los totonacos. Aunque el origen de los constructores de El Tajín sigue debatiéndose, sabemos que tras su caída algunos sitios –como Cempoala, Misantla, Quiahuiztlan y Tlacolula– 100 pudieron ejercer cierto dominio sobre pequeños territorios. Tanto Cempoala como Quiahuiztlan estaban ocupadas al momento de la llegada de los españoles. Fue con Cempoala con la que estos invasores tuvieron sus primeros contactos con mesoamericanos y fueron los totonacos quienes les informaron del pueblo mexica y su gran rey conquistador Moctezuma.


Los zapotecos y mixtecos

La región de Oaxaca muestra claramente la fragmentación política propia de este periodo. 101 El territorio oaxaqueño se vio dividido en una serie de pequeños Estados en constante conflicto. Otras características del periodo fueron las guerras endémicas, la generalización del sistema de alianzas matrimoniales entre las élites y la explosión demográfica. 102 Los más estudiados de la región durante el Posclásico fueron los zapotecos y los mixtecos, pero hubo otros grupos lingüísticos de gran importancia, como los amuzgos, los chatinos, los mazatecos, los cuicatecos y los triques. Se tiene mayor información sobre los mixtecos y la existencia de varios códices pictográficos de este pueblo, lo que permite la reconstrucción de su historia político-militar. En tales narraciones sobresale la imagen del personaje conocido como 8 Venado-Garra de Jaguar (1011-1063 d. C.), 103 un gran conquistador que tuvo como objetivo la unificación del territorio mixteco.

En el caso de los valles de Oaxaca, su historia posclásica genera muchas dudas. Los sitios más representativos son Mitla, Yagul y Zaachila. Los pocos datos con los que contamos muestran un escenario político complejo, en donde las alianzas matrimoniales entre zapotecos y mixtecos fueron un elemento importante de las estrategias políticas.

Arqueológicamente destaca el hallazgo de la Tumba 7 de Monte Albán. Cuyos restos datan de entre los siglos XIV y XV104 Sobresale por la rica ofrenda mortuoria, constituida por fina cerámica, objetos de cristal de roca y, sobre todo, por los exquisitos objetos de oro. 105 Al parecer, los ocupantes de la Tumba 7 fueron mixtecos, pero esto ha generado dos hipótesis encontradas acerca de la presencia mixteca en los valles centrales. Por un lado, se señala que hubo varias invasiones mixtecas en el valle que eclipsaron a la cultura zapoteca; por otro, se niega la llegada de los mixtecos a Monte Albán y se cree que la presencia de objetos asociados a esta cultura es producto de intercambios y de la emulación de modas. 106


Los purépechas

Ya se ha mencionado que el Occidente de Mesoamérica presentó mayor diversidad cultural que el resto de las áreas culturales. El periodo Posclásico inicia hacia el año 600 d. C. con el fin de la tradición de las Tumbas de Tiro. A partir de este año, los contactos con el exterior se incrementan. La llegada de agricultores norteños jugó un papel fundamental en la configuración política del Posclásico en Occidente. 107 Hubo también relaciones con Sudamérica, de donde llegaron los conocimientos del trabajo de metales.

La organización política del Estado se formó en Occidente hasta el periodo Posclásico, tras la formación del reino tarasco o purépecha. Para reconstruir la historia de este pueblo, contamos con una magnífica fuente: La relación de las cosas de Michoacán108

Esta Relación narra la historia del pueblo uacúsecha, que llegó a territorio michoacano hacia el siglo XII o XIII, y comenzó a tener relaciones con los asentamientos lacustres. Paulatinamente, los uacúsechas impusieron su poder mediante la agresión bélica. Fundaron su primer establecimiento en Pátzcuaro, dedicado a su dios patrono, Curicaueri.

La siguiente parte de la historia fue protagonizada por Tariácuri, quien gracias a su hijo y dos de sus sobrinos logró la unificación del territorio, y fue el promotor del imperio tarasco, constituido a partir de tres capitales: Tzintzuntzan, Pátzcuaro e Ihuatzio.

La relación entre purépechas y mexicas fue siempre difícil. Los intentos expansionistas de ambos Estados provocaron choques militares sumamente sangrientos. Ninguno logró imponerse hasta que, a la llegada de los españoles, ambos fueron destruidos.

El pasado prehispánico mesoamericano es parte fundamental de nuestra historia. No podríamos entender la realidad indígena actual de nuestro país sin comprender los procesos sociales, políticos y culturales mesoamericanos. Como apuntamos al inicio de este capítulo, Mesoamérica tiene que entenderse como un hecho histórico de larga duración. En el seno de este gran territorio se forjaron diversas culturas que, al interrelacionarse, crearon una tradición y una historia comunes.

Mapa occidente de mesoamérica

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