conocimientos fundamentales

| historia | méxico: una historia y muchas culturas

Página anterior Página siguiente





1.3.3 Roma: la fuerza de un nombre a través del tiempo

¿Cuándo empezó la Edad Media y cuándo terminó la Edad Antigua? A lo largo de muchos años, los historiadores han tratado de resolver esta pregunta. Responderla implica averiguar cuándo y por qué cayó el Imperio Romano, el último de los grandes imperios de la Antigüedad.192

Mapa del Imperio Romano

La ciudad de Roma era el centro del imperio más grande que había existido en torno al Mediterráneo, y su nombre resonaba como símbolo de poder y permanencia. Su dominio se extendía por todas las orillas del Mare Nostrum, desde el norte de África hasta el sur de Francia, y desde Palestina y Siria hasta la península Ibérica.

Algunos escritores romanos, como Cornelio Tácito, habían denunciado, desde el siglo II de nuestra era, los problemas de corrupción y desigualdad existentes en el imperio. Los romanos eran conscientes de su crisis. Como respuesta a ella, los gobernantes emprendieron pequeñas reformas a las estructuras políticas, con las que pudieron corregir algunos problemas. Sin embargo, se estaban operando transformaciones económicas más estructurales, asociadas con la crisis del sistema esclavista, que minaban al imperio.

A finales del siglo III y principios del IV, dos emperadores romanos, Diocleciano y Constantino, emprendieron una serie de reformas que parecieron darle nueva vida al imperio: reorganizaron el ejército, la administración y las finanzas. Constantino, en particular, cambió la capital del imperio hacia el oriente, instalándola en un pequeño poblado que hasta ese momento, en el año 330, se llamaba Bizancio. Desde entonces, la nueva ciudad fue nombrada Constantinopla, y así se conservó hasta el siglo XV, cuando empezó a designarse como hasta el día de hoy: Estambul. Tras el traslado de la sede imperial a Constantinopla, la vieja ciudad de Roma dejó de ser una capital importante, pero se conservó como un nombre mítico que servía para nombrar a todo un imperio, el romano.

Durante la misma época, en el año 317, Constantino decidió proteger a los cristianos, que habían sido duramente perseguidos por su antecesor Dioclesiano; a partir de entonces, el conglomerado geopolítico imperial sería conocido como Imperio Romano Cristiano. Constantinopla se convirtió en una capital cristiana, donde se discutieron y se fijaron los principales dogmas de la nueva religión.193 En la nueva cosmovisión cristiana de la época de Constantino, Roma se identificó con la ciudad eterna; sin embargo, la protección de la nueva religión no hizo de Roma una ciudad inquebrantable, como algunos contemporáneos esperaban.

Un siglo después de que el Imperio Romano acogiera la religión cristiana, en el año 410, Roma, la antigua capital imperial, fue conquistada por pueblos germánicos, llamados también "bárbaros". No todos los habitantes del imperio habían podido distinguir los signos de la crisis en la que vivían y asistieron atónitos a la conquista de la ciudad.194

Mapa del imperio Romano

La gente reclamó explicaciones. ¿Por qué –se preguntaban– había sido conquistada la capital del imperio más poderoso sobre la Tierra, al que Cristo había elegido para nacer? ¿Por qué cayó Roma, la ciudad eterna?

Las primeras explicaciones culparon a los cristianos: tras un siglo de protección al cristianismo, en lugar de seguridad y amparo, los romanos vieron saqueada y destruida su mítica capital a manos de los bárbaros germanos. El dios cristiano, decían, no había sabido proteger a Roma y los dioses paganos la habían abandonado por su traición. Los cristianos tuvieron que reaccionar ante tales recriminaciones.

Agustín de Hipona, mejor conocido como San Agustín, escribió su obra magna, La ciudad de Dios, entre los años 412 y 426, para tratar de deslindar al cristianismo y a los cristianos de la crisis que vivía el Imperio Romano. En su texto, San Agustín argumentaba que las razones de la conquista de Roma no tenían nada que ver con el cristianismo y, en cambio, debían buscarse en el ámbito de las acciones humanas, pues la caída de la ciudad se debía a sus propias crisis.195 Poco a poco, los germanos ocuparon toda la parte occidental del Imperio Romano, formando nuevos reinos; el poder central se fue desarticulando en poderes locales, menos centralizados, que dieron origen a la Europa medieval. A finales del siglo V, el Imperio Romano de Occidente había cedido su poder a los reinos germanos. Pero el imperio siguió existiendo en lo que había sido su mitad oriental y se organizó en torno a su nueva capital, Constantinopla. Sin embargo, tuvo que enfrentar invasiones nuevas y más fuertes: las de los pueblos árabes y las de los eslavos.

A partir del siglo VII, los nómadas beduinos de la península Arábiga se organizaron en torno a una nueva religión, el Islam, con Mahoma como profeta, y conquistaron toda la parte sur y buena parte del oriente del territorio que había sido del Imperio Romano. Constantinopla y sus alrededores resistieron y conservaron el nombre de Imperio Romano por ocho siglos más, hasta 1453, cuando la ciudad fue arrasada por los turcos y el imperio desapareció definitivamente. El nuevo reino constantinopolitano era totalmente distinto al antiguo Imperio Romano y, para marcar esa diferencia, los historiadores posteriores le han dado el nombre de Imperio Bizantino al Estado creado por Constantino y que conservó su capital en Constantinopla.

Así, a partir del siglo VII, en las costas del Mediterráneo, que habían sido una unidad bajo el dominio del Imperio Romano, se formaron tres sociedades diferentes: Europa, Bizancio y los Estados árabes. Aunque Bizancio siguió llamándose Imperio Romano, cada vez fue menos imperio y menos romano. Adoptó el griego como lengua oficial y se limitó a una política de subsistencia en medio de constantes amenazas e invasiones. La Europa medieval se fragmentó en una economía rural de subsistencia, y el mundo árabe vivió un esplendor que derivó en la creación de entidades diversas, entre las que destacan el Califato de Córdoba, en la península Ibérica; los fatimíes, en el norte de África; los hamdaníes, en Asia Menor, y los samaníes, en Mesopotamia.196

Mapa de las tres unidades mediterráneas

El concepto de "Imperio Romano" permaneció durante toda la Edad Media en la mente de los habitantes de las orillas del Mediterráneo, como sueño del pasado, como ideal que guiaba las acciones presentes y, finalmente, como la fascinación ante un nombre, que Constantinopla reclamaba para sí.

Así pues, más que seguirnos preguntando cuándo y por qué cayó el Imperio Romano, podemos entender que entre los siglos III y VII de nuestra era existió una nueva entidad política que se llamó Imperio Romano Cristiano, que tenía su capital en Constantinopla y que protegía a la religión cristiana. Lejos de ser un imperio fuerte, como había sido el Imperio Romano clásico, el Imperio Romano Cristiano tuvo que defenderse constantemente contra los pueblos invasores; su territorio fue reduciéndose y su poder limitándose hasta convertirse en tres nuevas sociedades que recogieron su herencia, pero que eran diferentes. Estas tres nuevas entidades, Bizancio, Europa y el mundo árabe, compartieron la administración de las costas y la navegación del mar Mediterráneo a partir del siglo VIII y durante toda la Edad Media hasta el siglo XV.


Inicio de página