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1.1 EL PASADO MESOAMERICANO

Hugo García Capistrán

1.1.1 Mesoamérica, un hecho histórico

Hablar de Mesoamérica no es sólo referirnos a un área geográfica ni a un momento determinado en el tiempo. Mesoamérica es una realidad histórica, con una profunda temporalidad e incontables cambios, producto del continuo contacto que tuvieron los diversos pueblos que la habitaron. Dicho intercambio permitió la construcción de una historia y una cultura comunes, si bien existieron ciertas particularidades.


El origen del término

Ya desde muy temprano, en el siglo XVI, hubo intentos por tratar de entender a los habitantes de lo que hoy es México y partes de Centroamérica. En su Apologética historia sumaria, fray Bartolomé de las Casas marcó las semejanzas entre los habitantes de Guatemala y de otros pueblos mesoamericanos: "Toda esta tierra, con la que propiamente se dice la Nueva España, debía tener una religión y una manera de dioses, poco más o menos, y extendíase hasta las provincias de Nicaragua y Honduras, y volviendo hacia la de Xalisco, y llegaban, según creo, a la provincia de Colima y Culiacán".5

Posteriormente, en el siglo XIX, el viajero francés Désiré Charnay se dio cuenta de la existencia de cierta homogeneidad cultural entre el norte y el sur de México. Apuntaba que se encontraba ante una misma civilización, una misma religión, y símbolos y dioses similares.6

Tras estos investigadores siguieron otros, entre los que se pueden destacar a Herbert Spinden, Miguel Othón de Mendizábal, Clark Wissler, Alfred Kroeber y Wigberto Jiménez Moreno, quienes se encargaron de determinar los límites espaciales de la afinidad cultural.7

Será en 1939, en el marco del XXVII Congreso Internacional de Americanistas, cuando se creó el Comité Internacional para el Estudio y Distribuciones Culturales de América, en el que participaron Jiménez Moreno, Roberto Weitlaner y Paul Kirchhoff. Fue este último quien en 1943 logró concluir los trabajos en un pequeño texto que tenía por título: Mesoamérica. Sus límites geográficos, composición étnica y características culturales.8 En este trabajo, Kirchhoff apuntó que las divisiones geográficas del continente que se han realizado son totalmente artificiales y no contemplan rasgos culturales compartidos por los pueblos que las habitaron. Por ejemplo, aquellas divisiones entre Norte y Sudamérica o entre Norte, Centro y Sudamérica.

Con el objetivo de crear un espacio que incluyera a las tribus con una cultura no sólo superficial sino básicamente semejante,9 Kirchhoff consideró el término de superárea cultural. De esta manera se creó el término Mesoamérica. Pero, ¿cómo es que logró delimitar tal superárea? Kirchhoff se basó en los trabajos previos de Wissler y Kroeber, y comenzó a buscar rasgos culturales que fueran comunes a la superárea, entre estos rasgos separó aquellos que eran exclusivos de Mesoamérica, los que compartía con otras superáreas y los que estaban ausentes.

Los caracteres culturales exclusivos o típicos mesoamericanos según Kirchhoff eran, entre otros: el uso del bastón plantador o coa; el uso de las chinampas; el cultivo de cacao; los espejos de pirita; el uso de pelo de conejo para decorar tejidos; las espadas de palo con hojas de pedernal u obsidiana; las sandalias con talones; las pirámides escalonadas; los juegos de pelota; la escritura jeroglífica; los signos para números y el valor relativo de éstos según la posición; los códices; los ciclos calendáricos de 260 días y de 365 días y su combinación para formar un ciclo de 52 años; el uso ritual de papel y hule; ciertas formas de autosacrificio; ciertas formas de sacrificio humano; el número 13 con significado ritual; una serie de deidades comunes; los mercados especializados, y las guerras para conseguir víctimas para sacrificar.

Por otro lado, los elementos que Mesoamérica compartía con otras superáreas culturales del continente eran: el cultivo de maíz, frijol y calabaza; los trofeos de cabeza; el canibalismo ritual; las sandalias, y el juego de pelota.

Con base en lo anterior, Kirchhoff define Mesoamérica como una región cuyos habitantes, tanto los inmigrantes muy antiguos como los relativamente recientes, se vieron unidos por una historia común que los enfrentó como un conjunto a otras tribus del continente, quedando sus movimientos migratorios confinados por regla general dentro de sus límites geográficos, una vez entrados en la órbita de Mesoamérica. En algunos casos participaron en común en estas migraciones tribus de diferentes familias o grupos lingüísticos.10

Cabe aclarar que los límites geográficos considerados por Kirchhoff para Mesoamérica son aquellos que la superárea tenía en un momento dado de su historia, esto es, en los últimos años previos a la conquista española en el siglo XVI. Tales límites eran los siguientes: la frontera sur, que se mantuvo más o menos fija durante toda la historia de Mesoamérica, iba más o menos desde la desembocadura del río Motagua hasta el golfo de Nicoya, pasando por el lago de Nicaragua; la frontera norte iba desde el río Pánuco al Sinaloa pasando por el Lerma.

El carácter sincrónico y otras cuestiones han provocado una seria crítica al concepto de Mesoamérica, especialmente durante las XIX Mesas Redondas de la Sociedad Mexicana de Antropología, llevadas a cabo en Querétaro en 1990, en donde participaron estudiosos como Eduardo Matos, Anne Chapman y Enrique Nalda, entre otros. La discusión fue importante y, si bien no se llegó a nuevas definiciones, se pusieron sobre la mesa los puntos que se deberían tomar en cuenta para la construcción de una nueva definición.

A pesar de éstas y otras críticas, el concepto de Mesoamérica se ha convertido en un modelo útil para estudiar a los pueblos que habitaron esta región del continente americano


Mesoamérica en el espacio

Si bien ya hemos mencionado que Paul Kirchhoff definió las fronteras de Mesoamérica, también se resaltó el hecho de que dichos límites fueron los que existían en el siglo XVI.

Como toda superárea cultural, Mesoamérica tuvo dimensiones distintas a lo largo de su historia. En algún momento alrededor del primer siglo de nuestra era y aprovechando un mejoramiento climático, los agricultores mesoamericanos avanzaron hacia el norte, lo que extendió la frontera septentrional. Posteriormente, hacia el año 1000 d. C., un prolongado tiempo de sequías provocó un movimiento y regreso a tierras más propicias, haciendo que la frontera se replegara hacia el sur. De esta forma, cuando Kirchhoff propuso las fronteras hacia el siglo XVI, no tomó en cuenta la gran franja norteña que se extendía cerca de 250 kilómetros.11

En términos generales, Mesoamérica abarcaba la mitad sur de México, Guatemala, Belice y partes de Honduras y El Salvador. Este enorme territorio contenía una gran variedad de ecosistemas: las costas de los dos océanos, grandes montañas, bosques, cuencas lacustres, valles intermontanos, pantanos y selvas. Obviamente la diversidad de flora y fauna era enorme y jugó un papel fundamental tanto en las actividades de intercambio como en la construcción de la visión del cosmos de los pueblos que la habitaron.

Mesoamérica ha sido dividida en seis áreas culturales, cada una con sus particularidades históricas, étnicas, lingüísticas y geográficas, las cuales generaron peculiaridades culturales importantes.12 Estas seis áreas son las siguientes:

  1. Centro de México: comprende los estados de Hidalgo, México, Puebla, Tlaxcala, Morelos y el Distrito Federal.
  2. Norte: comprende total o parcialmente territorios de los estados de Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro.
  3. Occidente: está formada por la parte sur de Sinaloa y los estados de Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán y Guerrero.
  4. Costa del Golfo: comprende el sur de Tamaulipas, partes de San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Tabasco y Veracruz en su totalidad.
  5. Oaxaca: abarca más o menos las mismas dimensiones del actual estado de Oaxaca, aunque comprende partes colindantes de Puebla, Veracruz y Guerrero.
  6. Área maya o sudeste: formada por la parte occidental de Tabasco y los estados de Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo, así como los países centroamericanos de Guatemala, Belice y partes de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
mapa mesoamerica

Hay que tomar en cuenta que los límites de dichas áreas no fueron siempre los mismos, pues se modificaron a lo largo de la historia mesoamericana. Empero, es importante utilizar estas generalidades como herramienta de análisis.


Mesoamérica en el tiempo

Hemos delimitado Mesoamérica en el espacio, ahora hablaremos de los distintos periodos en que se divide, para su estudio, la historia de esta región.

La historia de Mesoamérica inicia hacia el año 2500 a. C., con el surgimiento de la agricultura y el posterior sedentarismo, y termina con la conquista del territorio por parte de los españoles en el siglo XVI. Hay que tomar en cuenta que estos límites temporales que mencionamos son totalmente artificiales, pero nos permiten enmarcar nuestro objeto de estudio en un periodo determinado.13

Ha habido varios intentos por construir una periodización para estudiar Mesoamérica, entre los que destacan los de los arqueólogos Román Piña Chan y Eduardo Matos Moctezuma. Sin embargo, la más empleada por todos los especialistas se divide en tres grandes periodos.

a] Periodo Preclásico (2500 a. C.-200 d. C.) | También se conoce como Periodo Formativo, ya que es durante este larguísimo tiempo cuando las características típicas de las culturas mesoamericanas toman forma, y se divide en tres etapas:

 

b] Periodo Clásico (200 d. C.-900 d. C.) | En términos generales se divide en dos etapas: Clásico temprano (200 d. C.-600 d. C.) y Clásico tardío (600 d. C.-900 d. C.). Es en este periodo cuando la tradición cultural mesoamericana se consolida. Ya hay una clara diferenciación entre el campo y la ciudad en todo el territorio. Los centros urbanos presentan un desarrollo impresionante de edificios templarios, administrativos, habitacionales y palaciegos. También se trazan calles y calzadas, se construyeron sistemas de drenaje y almacenamiento de agua. Los centros aumentan en número de población y esto hace que se requieran más y mejores técnicas de agricultura intensiva. La diferenciación social es notable. La organización política recayó en el Estado, con una centralización del poder. La institución religiosa tiene un mayor papel en las esferas de gobierno. Aumento y consolidación del intercambio a larga distancia. Surgimiento de potencias políticas. Panteón cristalizado. Guerras constantes. Esplendor del calendario, la escritura, la astronomía y las matemáticas. Florecimiento del arte. En los últimos años del periodo, desarrollo de la metalurgia. Al final, los grandes centros urbanos caen y desaparecen.16

 

c] Periodo Posclásico (900 d. C.-1521 d. C.) | También se divide en dos periodos: Posclásico temprano (900/1000 d. C.-1200 d. C.) y Posclásico tardío (1200 d. C.-1521 d. C.). Los rasgos más importantes del periodo son: la movilidad poblacional; la retracción de la frontera norte de Mesoamérica; las incursiones de grupos recolectores-cazadores norteños; el desarrollo de la metalurgia en objetos de oro, plata y cobre; el militarismo; los conflictos armados y las guerras de conquista. Hay un culto religioso muy asociado a la guerra y la política. Se incrementan considerablemente el sacrificio humano y la arquitectura civil. Profusión de diseños artísticos asociados con la guerra, el sacrificio y la muerte.


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