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NOTAS


1  A lo largo del texto, hago referencias entre paréntesis a aquellos teóricos que abordan ese problema en cuestión con mayor profundidad. La bibliografía ofrece los datos correspondientes.

2  Enrique Anderson Imbert, Teoría y técnica del cuento, p. 17. 

3  Maxime Chevalier, Cuento y novela corta en España. 1. Edad Media, pp. 19-24.

4 Ibidem, pp. 22-24 

5  Julio Cortázar, “Algunos aspectos del cuento”, en Selección de lecturas de investigación crítico-literarias, tomo i, p. 146. 

6  Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, s. v. caballería. 

7 Diccionario unesco de ciencias sociales, vol. 1, pp. 276-277. Para más aspectos generales sobre la caballería medieval, véase Jean Flori, Caballeros y caballería en la Edad Media. 

8  Marc Bloch, La sociedad feudal: las clases y el gobierno de los hombres, p. 38; Juan Manuel Cacho Blecua, “La iniciación caballeresca en el Amadís de Gaula”, en María Eugenia Lacarraga (ed.), Evolución narrativa e ideológica de la literatura caballeresca, p. 62. 

9 El libro del Cauallero Zifar (El Libro del Cauallero de Dios): Edited from the Three Extant Versions, edición de Charles Philip Wagner, p. 440. Las citas de esta obra medieval respetan la ortografía del español de aquella época. 

10 Ibidem, p. 441. 

11  Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media, pp. 108-109. “Es posible que el ideal caballeresco —tan artificioso como era y tan desgastado como estaba— haya ejercido sobre la historia puramente política de la última Edad Media una influencia más poderosa de lo que nos figuramos generalmente. [...] Todas las formas superiores de la vida burguesa en la Edad Media descansan en la imitación de aquel estilo noble. Al igual que la costumbre de coger el pan con la servilleta y la misma palabra serviette tienen su origen en la pompa cortesana de la Edad Media [...]. Para comprender plenamente la significación histórico-cultural del ideal caballeresco, habría que seguirle la pista hasta el tiempo de Shakespeare y de Molière, e incluso hasta el gentleman moderno”. Ibidem, pp. 127-128. 

12  Arquetipo: (Del latín: archet˘ypus, y éste del griego: Ωrx™typoq). Modelo original y primario de un arte u otra cosa. Real Academia Española, op. cit., s.v. arquetipo. 

13  Luis Alberto de Cuenca (ed.), “Introducción” a Geoffrey de Monmouth, Historia de los reyes de Britania, pp. 13-14. 

14  Geoffrey de Monmouth, op. cit., p. 217. 

15 Ibidem, p. 273. 

16  María Luzdivina Cuesta Torre, Estudio literario de Tristán de Leonís, tesis doctoral, p. 388. 

17  Sebastián de Covarrubias Orozco, Tesoro de la lengua castellana o española, edición de Felipe C. R. Maldonado, s. v. cauallería

18  Alan Deyermond, “Estudio preliminar” a Diego De San Pedro, Cárcel de amor, edición de Carmen Parrilla, p. x. 

19  Véase Axayácatl Campos García Rojas, “El ciclo de Espejo de príncipes y caballeros [1555-1580-1587]”, en Edad de Oro, núm. 21, pp. 389-429; Diego Ortúñez de Calahorra, Espejo de príncipes y cavalleros [El cavallero del Febo], 6 vols.,edición de Daniel Eisenberg; Marcos Martínez, Tercera parte de Espejo de príncipes y caballeros, edición de AxayácatlCampos García Rojas, en prensa (Los libros de Rocinante). 

20  Alan Deyermond, op. cit., pp. X-XII. 

21  Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, edición de Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas, p. 488. 

22  Milan Kundera, “Discurso de Jerusalén: la novela europea”, en El arte de la novela, p. 146. 

23  Mario Vargas Llosa, La orgía perpetua. Flaubert y Madame Bovary, p. 235. 

24  Italo Calvino, “Naturaleza e historia en la novela”, en Punto y aparte. Ensayos sobre literatura y sociedad, p. 39. 

25  Mijaíl Bajtín, Problemas de la poética de Dostoievski, pp. 15-16. 

26  Milan Kundera, op. cit., pp. 149-150. 

27  Javier Setó y Alberto Manguel, “Álbum”, en Franz Kafka, La metamorfosis, p. 19. 

28  Julio Cortázar, Rayuela


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