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3.2.4 Modernismo y época contemporánea

Portada de la primera edición de "La Metamorfosis", de Franz Kafka

Portada de la primera edición de La Metamorfosis, de Franz Kafka, 1916.

Para explicar esta época se sigue la periodización de cien años (1880-1980) que hace Maxime Chevalier,3 la cual abarca el modernismo y la época contemporánea, ya que en estos periodos hubo muchas rupturas, múltiples tendencias y varias generaciones en el mismo momento histórico.

En dichas épocas la narración breve tiene un prodigioso florecer debido a diversas causas: la expansión de la letra impresa, la difusión en periódicos y revistas, la preferencia de los lectores por el relato breve, el aprecio de escritores y críticos por lo fragmentario y la fecundidad de los escritores. Retoman algunas preferencias del romanticismo como la narración histórica y, sobre todo, se tiene un apego singular por el cuento fantástico.

Además, resucita débilmente el cuento tradicional y es adaptado por varios escritores. Ése fue el caso de Juan Valera (1827-1905), quien se inspiró en algunos cuentos folclóricos para reelaborarlos a su manera, como lo hizo en "El pájaro verde", y fue uno de los autores de la Colección y chascarrillos andaluces; de Emilia Pardo Bazán (1851-1921), autora de los Cuentos de la Marineda, donde destaca "El indulto"; y de Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), autor de corte naturalista que refleja en sus relatos los paisajes, las gentes y las costumbres de su tierra, por ejemplo en "Las plumas de caburé". Los novelistas, aunque perciben la relación que enlaza la palabra cuento con la realidad del cuento tradicional, en la práctica literaria no se acercan mucho a dicha realidad.

Asimismo, la nueva situación social, las inquietudes, las angustias y el interés por la vida y las costumbres campesinas enriquecen el caudal de novelistas y cuentistas.

Por otra parte, no sólo la primera guerra mundial (1914-1918) y la segunda (1939-1945), sino otras guerras como la franco-prusiana (1870-1871); la guerra de España contra Estados Unidos (1898), cuya consecuencia fue la pérdida de colonias como Cuba, Puerto Rico y Filipinas (1898); así como la guerra civil española (1936-1939), influyeron en la mentalidad de los escritores.

Consecuentemente, los temas de la narración, la angustia, lo absurdo, estarán vinculados a la situación vital. Un ejemplo claro es el de la narración del escritor nacido en la antigua Checoslovaquia, Franz Kafka (1878-1957), La metamorfosis, en la que un joven despierta un día convertido en escarabajo. La incomprensión y la inadaptación del individuo en la sociedad son los temas que trata, al igual que en su relato "La condena".

La situación social y sus conflictos contribuyen a la creación de un nuevo tipo de cuentística, más comprometida socialmente, lo que provoca, paralelamente, una renovación formal y experimental en la narración. La narrativa de la segunda mitad del siglo XX es variada: lo mismo es escapista, humorística y lúdica que ideológica y comprometida.

Antes de finalizar este recorrido, cabe señalar algunas características del cuento, como son la extensión y el asunto, a pesar de la ambigüedad que suscitan estas distinciones. Por ejemplo, el criterio de la extensión de una obra es muy impreciso, ya que el número de páginas no determina lo que es propiamente un cuento. Un criterio más válido es la diferencia entre los asuntos escogidos. En este punto queda claro que los temas fantásticos pertenecen a este género. Hablamos de cuento fantástico no de novela corta fantástica.

Otros temas cuentísticos serían las dudosas creencias y supersticiones antiguas, los relatos medievales que se acercan a la leyenda, los situados en la antigüedad pagano-cristiana, las narraciones de signo idílico o cuentos navideños y los que miran con compasión a los seres humanos. Algunos autores que aquí se pueden nombrar son Ramón María del Valle-Inclán, Anatole France, Rubén Darío y Pedro A. de Alarcón.

La dificultad para proporcionar una definición estriba en los puntos en que coinciden la novela corta y el cuento. Ambos comparten características como: 1] La concisión, la concentración, la condensación y, sobre todo, la intensidad o el tono. 2] Presentan al lector un acontecimiento decisivo. 3] Con frecuencia incluyen un momento de crisis. 4] Relatan asuntos contemporáneos, es decir, privilegian el presente. 5] La elección de personajes conforma una galería de enorme variedad: campesinos, empleados, burgueses, etcétera.

Sin embargo, en cuanto a los personajes se debe tomar en cuenta que existe una ruptura con sus antepasados de la época romántica o de los Siglos de Oro. El personaje ya no tendrá un carácter excepcional, sino que se tornará en un ser triste, ordinario, trivial y taciturno. El modelo de personaje será el ser humano sin atributos; los tipos principales serán el burócrata, los casados y la familia.

Otra ruptura es la diferencia de tono, ya que comienza a desaparecer lo novelesco alegre y se privilegian los asuntos trágicos.

A continuación se presentan otros criterios con los que se definen el cuento y la novela corta, ya que los escritores de la época moderna y contemporánea se inclinan hacia una u otra clasificación. De acuerdo con Maxime Chevalier,4 enunciaremos cinco aspectos principales:

  1. Personajes. La novela corta suele ofrecer mayor complejidad en su construcción y admitir una cantidad más elevada de personajes; el cuento puede existir utilizando uno o más personajes. Sin embargo, este criterio pocas veces funciona, ya que hay novelas cortas con un solo personaje.
  2. Duración. La novela suele exigir una extensa duración; la novela corta necesita cierta duración; al cuento le basta el instante. El cuento se narra en la pura actualidad, sin salidas temporales. Al fulgor de su relámpago percibe el lector la realidad que evidencia. El cuento, dice Julio Cortázar, es como "una fotografía lograda que presupone una ceñida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esta limitación".5
  3. Extensión. La novela corta remite a un enredo que la desborda y el cuento no. El cuento se reduce a presentar una situación.
  4. Acción. En el cuento la acción tiende a esfumarse. Los escritores disuelven la anécdota. Durante siglos el cuento había contado y desplegado una riquísima materia narrativa, lo que constatamos en la definición de cuento que viene del latín computus, que significa "contar". Sin embargo, a partir de James Joyce (1887-1941), en "An Encounter" ("Un encuentro", en la colección Dublineses), el cuento no cuenta, sino evidencia una situación. Deja de ser acontecimiento para venir a ser no acontecimiento. Esta concepción tiene sus raíces en el siglo XVII, con "Rinconete y Cortadillo", de Cervantes.
  5. El personaje del cuento se va esfumando. La novela corta puede evocar los antecedentes de sus personajes, es decir, adquiere la densidad que confiere el pasado y que ilumina la crisis del relato. Por el contrario, el protagonista del cuento huye de todo lo que pudiera acercarse al análisis psicológico, ya que dibuja unos rasgos escuetos, esquemáticos y fijos. Este tipo de personaje viene a ser inmaterial, esencia más que persona.

Finalmente, aunque la novela corta cautivó en el siglo XX, en la actualidad el cuento tiene más auge y se le augura un mayor porvenir. La lista de cuentistas del siglo XX sería interminable, por lo que se mencionan a unos cuantos: Henry James, Arthur Conan Doyle, Marcel Schwob, Luigi Pirandello, William Somerset Maugham, Rainer Maria Rilke, Jack London, Virginia Woolf, Catherine Mansfield, Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner y Vladimir Nabokov, entre otros. Además, presenciamos ese resurgir en Hispanoamérica, con el gran alcance de la cuentística durante ese siglo, iniciando con Horacio Quiroga y su "Decálogo del cuento", y continuando con Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Felisberto Hernández, Juan José Arreola e Inés Arredondo, entre otros. Ciertamente, la cuentística hispanoamericana merece un capítulo aparte.

A manera de conclusión, podemos afirmar que, a través del tiempo, cualquiera que sea la forma que se haya dado para identificar y valorar al cuento en determinadas épocas, éste ha hechizado profundamente a la humanidad, puesto que ha estado vinculado a ella desde siempre.


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