conocimientos fundamentales

| ciencias sociales | economía

Página anterior Página siguiente





5.2 CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO

Abundancia

Alegoría de la abundancia, de Carel van Savoyen, 1651.

5.2.1 Crecimiento económico

Hasta la última parte del siglo XIX no existieron estadísticas suficientemente detalladas para calcular el crecimiento económico. Para el pasado, A. Maddison presentó cálculos estimados que, en relación con otras fuentes, muestran que el crecimiento económico durante la Edad Media y hasta el siglo XIX fue lento, mientras que desde 1870 hasta la primera guerra mundial, el crecimiento fue muy rápido.

El crecimiento económico es un concepto relativamente nuevo en la historia humana y se mide de acuerdo con el crecimiento del PIB. Por años, el PIB fue muy bajo, por lo que no fue tomado en consideración por los pensadores de los siglos XVII y XVIII, sino hasta después de 1800 que el PIB per cápita (por persona) cambió el nivel de vida en tan sólo una o dos generaciones. Por otro lado, las tasas de crecimiento difieren entre naciones, y una variación en la misma en el periodo de un año tiene gran efecto sobre el nivel de ingreso per cápita en un periodo prolongado.

Por definición, el crecimiento económico es el aumento de la renta o valor de bienes y servicios finales, producidos por la economía de un país, una región o a escala mundial, en un determinado periodo de tiempo. A grandes rasgos, el crecimiento económico se refiere al incremento de ciertos indicadores, como la producción de bienes y servicios, el mayor consumo de energía, el ahorro, la inversión, una balanza comercial favorable, o el aumento del consumo de calorías per cápita. Teóricamente, el mejoramiento de estos indicadores debería conducir a un alza en los estándares de vida de la población.

Para medir el crecimiento económico habitualmente se toma un porcentaje de aumento del producto interno bruto real, o simplemente PIB. El crecimiento económico, así definido, históricamente se ha considerado deseable, porque guarda una cierta relación con la cantidad de bienes materiales disponibles, y por ende con una cierta mejora del nivel de vida de las personas. Sin embargo, no son pocos los que comienzan a opinar que el crecimiento económico es un arma de doble filo, pues, dado que mide el aumento del valor de los bienes que produce una economía, evidentemente también está relacionado con lo que se consume o, en otras palabras, gasta. La causa por la que, según este razonamiento, el crecimiento económico puede no ser realmente deseable como medida de bienestar para la población es que no todo lo que se gasta es renovable, como muchas materias primas o muchas reservas geológicas (carbón, petróleo, gas, entre otros). En ese sentido el Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES) usa datos similares al PIB, pero hace un cómputo más selectivo de los componentes que redundan en bienestar al incorporar el costo de la contaminación y de los bienes no renovables.

El crecimiento suele calcularse en términos reales para excluir el efecto de la inflación sobre el precio de los bienes y servicios producidos. En economía, las expresiones crecimiento económico o teoría del crecimiento económico suelen enfocar el crecimiento productivo potencial, esto es, la producción en pleno empleo (aprovechamiento de las capacidades de la economía incluyendo el empleo para generarlo), y no el crecimiento de la demanda agregada (igual a la suma del consumo de gobierno, empresas y familias; la inversión y el saldo de la balanza comercial).

De esta manera, el crecimiento económico de un país se considera importante, porque está relacionado con el PIB per cápita de los individuos de un país. Puesto que uno de los factores estadísticamente vinculados con el bienestar socioeconómico de un país es la relativa abundancia de bienes económicos materiales y de otro tipo disponibles para los ciudadanos, el crecimiento económico ha sido usado como una medida de la mejora de las condiciones socioeconómicas. Sin embargo, existen muchos otros factores correlacionados estadísticamente con el bienestar de un país, siendo el PIB per cápita sólo uno de ellos.

Esto ha suscitado una importante crítica hacia el PIB per cápita como medida del bienestar socioeconómico, incluso del bienestar puramente material, ya que puede estar aumentando cuando el bienestar total, materialmente disfrutable, se está reduciendo.

Es interesante observar cómo el mundo económico, lejos de ser lineal y fácilmente determinado, presenta algunas paradojas. En países donde el petróleo es el principal factor de exportación, como en el caso de México, esta actividad puede tener efectos negativos en el PIB, porque si bien incrementa los ingresos gubernamentales, por otro lado, disminuye el ritmo de crecimiento de otros sectores distintos al petrolero. En este sentido, al cotizarse el peso frente al dólar de una manera más elevada, las exportaciones se ven afectadas negativamente en un primer momento por la disminución del ritmo de crecimiento de los sectores exportadores y, en un segundo momento, por el efecto de éstos en los sectores no exportadores al encontrarse vinculados en las cadenas productivas.

A nivel internacional y nacional, el papel jugado por las inversiones privada y pública, las expectativas de crecimiento de los empresarios, los márgenes de ganancia actuales y pasados, y el grado de actividad económica son factores que afectan al alza o a la baja el crecimiento de la economía. La variación del crecimiento económico a corto plazo se conoce como ciclo de negocios o ciclo económico, y se encuentra compuesto por diversas etapas: auge, estancamiento, depresión, recesión (cuando la etapa anterior es prolongada) y recuperación. Sin embargo, en los últimos años, casi todas las economías han experimentado etapas de recesión de forma periódica.

El ciclo económico puede confundirse debido a que las fluctuaciones no son siempre regulares. La explicación de estas fluctuaciones es una de las tareas principales de la macroeconomía, y distintas escuelas de pensamiento se han propuesto explicarlas, en especial la etapa de recesión (keynesianismo, monetarismo, economía neoclásica y neokeynesiana). Las alzas en el precio del petróleo, las guerras y las pérdidas de cosechas son algunas causas evidentes de una recesión, así como la caída de sectores estratégicos, como el del cemento y la construcción. La variación del crecimiento económico a corto plazo ha sido minimizada en los países de mayores ingresos desde principios de los años noventa, lo que se atribuye, en parte, a una mejor gestión macroeconómica.

El aumento del PIB de un país suele considerarse como un aumento en el nivel de vida de sus habitantes; sin embargo, con frecuencia éste no es el caso. Puede efectuarse un ritmo adecuado de crecimiento, pero no reflejarse en el mejoramiento de los niveles de vida de la población, debido a que la estructura de ingresos se encuentra concentrada y los resultados del crecimiento van a parar a pocas empresas e individuos. Por ejemplo, cuando una población aumenta y se quieren observar mejoras en el nivel de vida, el PIB tiene que crecer más rápido que esa población, esto último permite entender por qué existen tasas dispares de crecimiento económico en algunas regiones del mundo.

Veamos un poco más de cerca su cálculo. El producto interno bruto (PIB) es el valor monetario total de la producción corriente de bienes y servicios finales de consumo de un país durante un periodo, normalmente de un trimestre o un año. Por esta razón se dice que el PIB es una magnitud de flujo, pues contabiliza sólo los bienes y servicios producidos durante la etapa de estudio; además, no considera los bienes o servicios que son fruto del trabajo informal (trabajo doméstico, intercambios de servicios entre conocidos, etcétera). Analizado desde el punto de vista del gasto o demanda, resulta ser la suma de los siguientes términos:

PIB PM = C + I + X – M

De donde se deriva que PIB PM es el Producto Interno Bruto valorado a precios de mercado; C es valor total del consumo final nacional; I es la formación bruta de capital, también llamada inversión; X es el volumen monetario de las exportaciones, y M es el volumen de importaciones. Si estamos interesados en distinguir entre el consumo (C), la inversión privada (I) y el gasto público (G), entonces modificamos la fórmula:

PIBPM = CPR + IPR + G + X – M

También existen diferencias entre el PIB nominal y el PIB real. El PIB nominal es el valor monetario de todos los bienes o servicios que produce un país o una economía a precios corrientes, en el año en que los bienes son producidos. Sin embargo, en situación de inflación alta, un aumento sustancial de precios, aun cuando la producción no aumente demasiado, puede dar la impresión de un aumento sustancial del PIB. Para ajustarlo de acuerdo con los efectos de la inflación, el PIB real se define como el valor monetario de todos los bienes o servicios que produce un país o una economía a precios constantes. Este cálculo se lleva a cabo deflactando (quitando el efecto del aumento de los precios) el valor del PIB según el índice de inflación, o bien computando el valor de los bienes con independencia del año de producción mediante los precios de un cierto año de referencia.

Una forma de medir el nivel de vida de la población es mediante el estudio del PIB per cápita, también llamado renta per cápita o ingreso per cápita, que es una magnitud que trata de medir la riqueza material disponible y se calcula como el PIB total dividido entre el número de habitantes (N):

PIBPC = PIB / N

Por ejemplo, los cinco países con mayor PIB per cápita en 2009, medido en dólares estadunidenses son Luxemburgo (103 356), Noruega (87 070), Estados Unidos (47 580), Islandia (40 070), Qatar (32 812) e Irlanda (49 533). En México el PIB per cápita es de 9 980 dólares al año, diez veces menos que en Luxemburgo y cinco veces menos que en Irlanda.


Inicio de página