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5.2.2 Inversión

Desde el punto de vista macroeconómico, y de acuerdo con la contabilidad nacional, a la inversión se le denomina formación bruta de capital fijo (FBCF). Ésta constituye uno de los componentes del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con la demanda o el gasto. Al nivel de análisis de un país, como se ha visto con el estudio macroeconómico, la inversión se refiere al aumento de la cantidad de los activos productivos en tanto bienes de capital (equipo, estructuras o existencias) y de mano de obra contratada. En economía, estas compras constituyen transacciones financieras o cambios de cartera, pues lo que compra una persona, otra lo vende. Sólo hay inversión cuando se crea capital real. Entonces la inversión puede descomponerse en tres elementos:

Formación bruta de capital fijo: formación neta de capital fijo, consumo de capital fijo, que es igual a la depreciación del capital fijo del país.

Variación de existencias: es igual a las existencias al final del periodo, normalmente un año, menos las existencias iniciales de las que se partía al comienzo del periodo.

La suma de esas variables proporciona la inversión total.

La pregunta que se debe responder es: ¿por qué las empresas invierten? La respuesta la encontramos en las utilidades. Las empresas invierten al comprar bienes de capital y contratar mano de obra para lograr que los ingresos sean mayores que los costos de la inversión. Esta sencilla afirmación contiene tres elementos esenciales que determinan la inversión:

Los ingresos; una inversión le genera a la empresa ingresos adicionales si le ayuda a vender más.

Los costos, es decir, los tipos de interés más los impuestos.

Las expectativas y la confianza de los empresarios.

Cuando se toma la decisión de invertir, el empresario está apostando a que el rendimiento de una inversión será mayor que sus costos. Así por ejemplo, si las empresas temen que empeoren las condiciones económicas en Europa, se mostrarán reacias a invertir en el viejo continente y lo harán en América, o simplemente no invertirán. Por el contrario, cuando las empresas creen que se producirá una acusada recuperación en un futuro inmediato, comienzan a hacer planes para expandir sus plantas y crear o ampliar sus fábricas.


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