conocimientos fundamentales

| historia | méxico en la organización mundial del s. xx

Página anterior Página siguiente





4.2.4 La transformación política y económica en México

La bonanza del sistema capitalista mundial y, en espacial en Estados Unidos, tuvo al igual que la época de crisis, sus consecuencias en la economía y en la política mexicana.

La política inflacionaria aplicada por Roosevelt para Estados Unidos, ayudó a que la industria minera mexicana se recobrase paulatinamente, así como también el petróleo. Poco a poco, todos los indicadores fueron mejorando debido a la política de construcción de carreteras y a la sustitución de importaciones que había comenzado a implementarse. Cuando Cárdenas finaliza su mandato en 1940, la situación política y económica en México parecía haber sido encauzada hacia el crecimiento por medio de la industrialización. Gran parte del reparto agrario se había realizado y ya no se seguiría profundizando. Por el contrario, se comenzaron a otorgar certificados de inafectabilidad.

La guerra redujo la disponibilidad de manufacturas importadas, promoviendo la producción interna de sustitutos de bienes importados y fortaleciendo la influencia política de los empresarios industriales.46 Hasta los años cuarenta y cincuenta se da en México un periodo que se ha denominado de desarrollo extensivo de acumulación de capital, a partir de la industrialización del país y la constitución de un mercado interno sobre la base, principalmente, de la absorción de la producción domestico-artesanal-campesina y la conversión de campesinos en trabajadores urbanos, lo que condujo a la constitución de grandes núcleos urbano-industriales.

A fines del decenio de los cincuenta, este modo de acumulación capitalista pierde fuerza, por lo que es preciso comenzar con el segundo periodo de sustitución de importaciones; dos cosas fueron cruciales en este intento de ajustar el proceso hacia finales de los años cincuenta. Primero, estaba claro que el tamaño de los mercados internos era demasiado pequeño para sacar ventaja de las economías de escala. Segundo, después de la normalización de la vida económica en Europa, las economías más desarrolladas estaban dando un ejemplo de integración comercial por medio de la constitución del Mercado Común Europeo y las rondas para la liberación de aranceles dentro del GATT, por lo que se pensaba que Latinoamérica podría hacer lo mismo.47 Es así como en México, a partir de los años sesenta, que los sistemas maquinizados de la gran industria se imponen por sobre los de la industria liviana. Es así como empiezan a imponerse las industrias productoras de medios de producción.48

Torre Latinoaméricana
Torre Latinoamericana. Inaugurada el 30 de abril de 1956
© Héctor Buenrostro.

En el mundo político, la sucesión presidencial siempre provocaba fuertes tensiones, pero a lo que fue la profundización de los ideales de la Revolución le siguió una época en que la burocracia consolidada en la figura de los líderes de masas comenzó a obstaculizar todo intento de continuar por el camino de la profundización. Los siguientes sexenios representaron un viraje hacia la institucionalización del sistema corporativo que da como resultado la consolidación de una forma de hacer política.49 En el campo, por ejemplo, durante el periodo revolucionario se dio un fenómeno muy extendido en los diversas estados: el surgimiento de líderes populares llamados caciques (de larga tradición en la historia de México), que controlan directamente a una o varias poblaciones. Por medio del apoyo popular real obtienen cada vez más fuerza, representando una gran presión ante el Estado. Por ello, han podido obtener algunas concesiones para la población que beneficiaron como contrapartida sus intereses políticos. Así, el caciquismo se presenta como uno de los mecanismos más importantes, poderosos y eficaces para ejercer un sólido control político masivo en el campo, pero a la vez constituye uno de los fenómenos más peligrosos para la consolidación del Estado. Es por esto que se produce un fenómeno de cooptación de estos líderes, convirtiéndolos en representantes del poder político y en ocasiones del poder económico (obtenido a partir del primero o a la inversa). Las necesidades de la penetración capitalista requieren del control político para el cual se utiliza a los líderes populares o naturales de la comunidad que, paulatinamente, a cambio de defender los intereses del capital, son corrompidos políticamente e iniciados a los secretos de la acumulación.50 El caciquismo en México es una forma de control político en zonas rurales, característica de un periodo en que el capitalismo penetra modos de producción no capitalistas.51 Por último, todos los cargos de importancia, ya sean burocráticos, sociales o políticos, giran en torno a él y el grupo de personas cercanas son controladas directamente por él. De esta manera, los caciques (en un inicio líderes populares) desempeñaron un papel importante en este esquema de mediación, pero en la medida en que fueron rescatados por la burguesía y afiliados a su partido se dedicaron a servir sus intereses y a mediatizar las demandas populares. Esto se logra por medio de una estructura de mediación construida a partir de las organizaciones e instituciones revolucionarias que defienden al campesino, entre otras la Confederación Nacional Campesina, las Ligas de Comunidades Agrarias, parte de la actividad del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización.52

Por lo tanto, en el campo los "caciques" conformaron la pieza fundamental de control político y la mediación necesaria entre la clase dominante del modo de producción en expansión y los grupos sociales constituyentes del modo de producción dominado.53

Este proceso de construcción y cooptación de líderes también se da en las ciudades, a partir de la movilización de colonos,54 entre otros mecanismos.

La gestión de las demandas ciudadanas era realizada por medio de una relación social que garantizaba el éxito del clientelismo como modo de funcionamiento, ya que el líder en su función de colchón amortiguador, de mediador, puede legitimar a las autoridades frente a sus bases, con todo el peso de su autoridad carismática, y también a las demandas de sus bases, para arrancar determinada inversión pública para su colonia, y presentarla a las bases como un logro suyo.55

Por su parte, entre los obreros, surge el charro. Esta figura del "charrismo" someterá durante decenios a los trabajadores a las reglas del partido dominante, el PRI (Partido Revolucionario Institucional) bajo presiones y amenazas de reducciones salariales y pérdidas de empleos, crédito agrícola, tráfico de pobreza urbana y rural, etc., como garante de una reserva importante de votantes. La gestión política de esta dinámica se integraba perfectamente en un método de mediación de tipo neocorporativista entre el Estado, controlado por el PRI, y los "representantes" de la sociedad civil, cooptados por la "máquina priísta" que, en el fondo, estaba sujeta al recurso sistemático del clientelismo, que representaba un complejo tejido de interrelaciones entre el poder público, el sector privado y la organizaciones sociales sectoriales (CNC, CTM, CNOP, etc.)

De esta manera, con la monopolización de la ciudadanía política de los integrantes de las distintas organizaciones sindicales urbanas y rurales, se produce un pacto que constituye, en definitiva, un mecanismo disciplinador de la fuerza social de los diferentes sectores, debido a que produce finalmente su desmovilización.56

Por consiguiente, en estos decenios, en México se estructura una forma de hacer política donde la extensión de los derechos ciudadanos se establece mediante la estructura corporativa, a la vez que constituyen uno de los medios por el cual se ha conformado una doble exclusión: por un lado se les excluye materialmente y por otro se les excluye de la capacidad de ejercer sus derechos ciudadanos, a partir de la subsunción de "lo político" a lo corporativo o sindical.57


Inicio de página