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4.4.3 Características de la tecnociencia

Así pues, la unión sistémica de la actividad científica y tecnológica para fines productivos y cognoscitivos ha dado lugar a la tecnociencia. Su fin principal es la innovación tecnocientífica y la intervención práctica en el mundo, al mismo tiempo que el desarrollo de nuevos conocimientos. La tecnociencia no se reduce a explicar lo que sucede en el mundo; construye sus propios objetos de conocimiento y los modifica, y en la medida en que los interviene y manipula, teoriza sobre ellos.

De acuerdo con Javier Echeverría, la tecnociencia contemporánea se distingue de la ciencia y de la tecnología convencional por los siguientes rasgos:

  1. Financiamiento primordialmente privado (principalmente en Estados Unidos y otros países desarrollados). La tecnociencia requiere equipos e instrumentos muy sofisticados, así como de insumos en cantidades verdaderamente industriales. Los gobiernos ya no pueden costear todos los proyectos; en cambio, ofrecen facilidades fiscales y administrativas para impulsar la investigación y el desarrollo de innovaciones tecnológicas por parte de empresas privadas. El desarrollo de la tecnociencia privada es notable en áreas como las tecnologías de la información y comunicación (TIC) o en la biotecnología. De esta manera, el conocimiento científico se convierte cada vez más en una mercancía que agrega valor a las producciones tecnológicas. Actualmente, en la competencia internacional, sólo las grandes empresas (Microsoft, Du Pont, Pfizer, Monsanto) son capaces de financiar proyectos tecnocientíficos de vanguardia. Los gobiernos continúan financiando áreas estratégicas, como la militar o la de energía.
  2. Interdependencia y encadenamiento entre diversas ramas de la ciencia y la tecnología. No todas las ciencias son ahora tecnociencias, pero en todas las ramas de la actividad científica han surgidos diversas modalidades de tecnociencias que producen innovaciones y aplicaciones al combinar y encadenar de manera progresiva conocimientos de diversas  disciplinas científicas y tecnológicas (por ejemplo: bioinformática, robótica, nanotecnología, microelectrónica, telemática, medicina nuclear). La tecnociencia produce nuevos artefactos, herramientas, programas computacionales, pero también teorías que modelan los nuevos objetos y artefactos que se diseñan.
  3. La tecnociencia es un nuevo sector económico mundial. Las tecnociencias emergieron como un nuevo factor de desarrollo económico. Los productos tecnocientíficos (teorías, modelos, diseños, prototipos de artefactos) son propiedad privada y se patentan. Una vez que logran aceptación en el mercado, generan una cadena de innovaciones derivadas que favorece el incremento de la ganancia comercial. La tecnociencia está regida por los valores económicos de la rentabilidad, la explotación de patentes, el secreto industrial y la competitividad, y ya no por los valores meramente epistémicos de la ciencia.
  4. Interconexión telemática entre centros de investigación y desarrollo. La tecnociencia no sería posible sin la internet y las tecnologías de información y telecomunicación. La interacción de equipos tecnocientíficos en distintas partes del mundo en tiempo real es una condición para potenciar la capacidad de innovación. Los productos tecnocientíficos ya no son la invención genial de unos cuantos, sino el resultado de investigaciones interdisciplinarias de equipos tecnocientíficos que trabajan en varias partes del mundo de manera coordinada.
  5. Objetivos y fines dinámicos y productivos. A diferencia de las ciencias básicas, que son más bien teóricas y contemplativas, la tecnociencia es una actividad dinámica productiva y transformadora de la realidad natural y social.
  6. Vinculación con proyectos militares. La tecnociencia nació en proyectos de orden militar, como el Proyecto Manhattan o la Arpanet. Los departamentos de Defensa de los países más poderosos desarrollan tecnociencias en estrecha colaboración con empresas privadas y centros de investigación científica en campos como biotecnología, energía, nanotecnología, aeronáutica, telecomunicaciones, astronáutica. En estos proyectos, la información y el conocimiento generados no son sólo privados, sino secretos de Estado que los científicos y tecnólogos están obligados a guardar. Esto implica que la sociedad conoce muy poco de dichos proyectos y, por ello, ignora los riesgos que están implicados en ellos. En el caso de las tecnociencias militares (bombas atómicas, termonucleares, químicas o bacteriológicas), el peligro es mucho mayor por su enorme potencial destructivo.
  7. Pluralidad de agentes sociales involucrados en el desarrollo tecnocientífico. A diferencia de la ciencia y la tecnología convencionales, la tecnociencia involucra a muchos agentes sociales que colaboran en proyectos mundiales. En un proyecto tecnocientífico intervienen científicos, tecnólogos, empresarios, políticos (agentes del gobierno), militares y agencias de seguridad nacional (en algunos casos), administradores, diseñadores, expertos en publicidad, equipos de abogados, grupos de expertos en cabildeo político. Este “cabildeo” lo realizan grupos de profesionales que actúan como enviados de las empresas para convencer o influir (por diversos medios) a los representantes parlamentarios, diputados, jueces o miembros de los gobiernos, dirigentes de partidos o líderes sociales (por ejemplo, sindicales), para aprobar, favorecer o promover una innovación tecnocientífica.
  8. Interacciones entre tecnociencia y sociedad más complejas y conflictivas que las que había entre ciencia, tecnología y sociedad. En la tecnociencia, los fines del conocimiento científico se subordinan a los fines económicos, militares y políticos. Esto se debe al extenso alcance de los proyectos tecnocientíficos, a su potencial económico y técnico. Pero también generan riesgos nuevos e imprevistos. La sociedad valora de diversa manera, siempre controversial y, en ocasiones, de manera conflictiva, las innovaciones tecnocientíficas, por ejemplo: los casos de la energía nuclear, los transgénicos y la clonación, entre otras.
  9. El lenguaje común e instrumento fundamental de la tecnociencia es la informática. Sin el desarrollo de la informática y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no es posible el despliegue de ninguna tecnociencia. La infraestructura de comunicación, así como el equipamiento de cómputo y supercómputo resultan indispensables en cualquier investigación tecnocientífica. La tecnociencia se desarrolla por medio de las redes de comunicación e información (internet) y recurre a la informática para hacer cálculos complejísimos y simulaciones, experimentar virtualmente, mejorar diseños y producir programas de cómputo para monitorear y gestionar las innovaciones tecnocientíficas.

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