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4.4.2 De la tecnología a la tecnociencia

A partir de la Revolución industrial (siglo XVIII) comienza a darse una interacción más estrecha entre ciencia y técnica. Recuérdese que la Revolución industrial transformó la producción mediante las primeras máquinas que incrementaron la eficiencia de la actividad laboral. La ciencia había logrado previamente avances instrumentales muy significativos, como el telescopio (Galileo Galilei, 1609; Newton, 1668), el microscopio (Hans y Zacharias Janssen, 1590) o el termómetro (Galileo, 1592). Sin embargo, estas innovaciones científicas no tuvieron una aplicación industrial hasta mucho después.

En el periodo posterior a la Revolución industrial se producen diversas innovaciones técnicas que comienzan a aplicar conocimientos científicos, como la locomotora de vapor (1804, Trevithick), el estetoscopio (1816, Laënnec), el telégrafo (1837, Morse) o la pila eléctrica (1800, Volta). Estas innovaciones no son propiamente tecnológicas; la ciencia tendrá que estudiarlas para comprender cómo funcionan y para derivar de ellas otras aplicaciones más eficientes.

Será a finales del siglo XIX cuando las interacciones entre ciencia y desarrollo técnico sean sistemáticas y buscadas intencionalmente. Es entonces cuando se observan innovaciones tecnológicas; es decir, invenciones industriales destinadas al mercado, y que han sido resultado de la aplicación de conocimientos científicos, por ejemplo, la pasteurización (1862, Pasteur), los primeros plásticos (1862, Parker), la dinamita (1864, Nobel), el teléfono (1876, Bell), la bombilla eléctrica (1879, Alva Edison), la aspirina (1899, Hoffman), la radio (1895, Marconi), los rayos X (1896, Roentgen), el automóvil (1886, Benz) y el aeroplano (1903, hermanos Wright).

Las innovaciones tecnológicas de finales del siglo XIX y principios del XX aportaron muchas mejoras y nuevas posibilidades a la vida humana, conquistando con ello la aceptación y el entusiasmo de la mayoría de la sociedad, así como una firme confianza en el progreso científico y tecnológico. El aumento exponencial de la población mundial y, en general, una mejor calidad de vida, son resultados concretos de muchas innovaciones tecnológicas basadas en conocimientos científicos o que impulsaron el desarrollo de nuevas investigaciones en las ciencias.

El periodo de pleno desarrollo de la tecnociencia se da a partir de la segunda mitad del siglo XX. Desde entonces, la ciencia depende cada vez más de instrumentos e infraestructura tecnológica muy compleja para llevar a cabo investigación básica, como es el caso de los aceleradores de partículas, y, a su vez, la tecnología tiene que basarse en estudios científicos para buscar innovaciones útiles (como es el caso de la astronáutica o la industria de la energía nuclear).

El surgimiento de la tecnociencia se identifica con el informe que el científico Vannebar Bush presentó al presidente de Estados Unidos en 1945 (Ciencia, la frontera sin límite). En este informe se proponía la creación de un sistema de ciencia y tecnología conducido por el gobierno estadunidense (mediante los departamentos de Defensa y de Energía, principalmente), con el fin de desarrollar innovaciones que proporcionaran a Estados Unidos una superioridad económica, militar y política sobre los demás países. Se creó la National Science Foundation, para coordinar las interrelaciones entre la industria, las universidades, los centros de investigación y el gobierno. Este sistema debía mantenerse no sólo durante la guerra mundial, sino permanecer como base del desarrollo económico del país.

El proyecto fructificó debido a que las naciones europeas quedaron en una situación económica de quiebra después de la segunda guerra mundial; Estados Unidos pudo invertir sus excedentes en ciencia y tecnología, además de que recibió a muchos científicos europeos (Einstein, Von Braun) que habían emigrado antes y durante la guerra.

Dos de los primeros proyectos tecnocientíficos que se realizaron conforme al modelo de Bush fueron de carácter militar y estratégico: el proyecto ENIAC (siglas en inglés que significan Integradora Numérica y Computadora Electrónica, diseñada y fabricada por un equipo de la Universidad de Pensilvania entre 1943-1946). Esta primera computadora pesaba treinta toneladas y ocupaba un área de 140 metros cuadrados, y el Proyecto Manhattan, creado para diseñar y construir la bomba atómica que se lanzó sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Como se puede ver, la tecnociencia surgió en proyectos que produjeron artefactos nunca antes vistos y con un poder técnico jamás imaginado (tanto el poder de cálculo, como, por desgracia, el poder destructivo). Esto es un rasgo distintivo de las tecnociencias: el hecho de inventar artefactos inéditos a partir de tecnologías existentes, que originaron nuevas y ampliadas posibilidades de acción humana.

Durante la llamada guerra fría, las dos potencias mundiales, la Unión Soviética y Estados Unidos, compitieron en diversos campos con proyectos tecnocientíficos financiados por los gobiernos: la carrera espacial (desde el primer satélite, el Sputnik ruso en 1957, el primer viaje tripulado: el ruso Yuri Gagarin en 1961, o el viaje a la Luna de la nave estadunidense Apolo XI, 1969; la exploración de Marte, las sondas interplanetarias como el Voyager o la estación espacial Mir de la Unión Soviética); el desarrollo de armas de destrucción masiva (nucleares, termonucleares, químicas, biológicas); los sistemas de telecomunicaciones satelitales (la Arpanet, la red estadunidense militar, antecedente de la internet, 1972), los misiles teledirigidos o los submarinos nucleares.

Dichos proyectos corresponden a lo que varios autores han denominado macrociencia (Big Science), primera modalidad en que surge la tecnociencia. En esta primera etapa la tecnociencia se caracterizó por: a) financiamiento y control gubernamental (a menudo, militar); b) integración de equipos multidisciplinarios de científicos y tecnólogos en proyectos secretos de investigación; c) subordinación de la investigación científica a la industria tecnológica bélica y a la disciplina militar, y d) industrialización de la infraestructura científica: equipamiento a gran escala.

Muchos científicos fueron reclutados para trabajar en proyectos macrocientíficos, con lo cual perdieron su independencia, pues no controlaban los objetivos, las prioridades ni los plazos de los proyectos y estaban sujetos a reglas de confidencialidad muy estrictas. Esto también comprometía su libertad para expresar sus propias opiniones. La ciencia sufrió una subordinación muy fuerte y una crisis de valores debido a que muchos de estos proyectos tenían fines destructivos y no contribuyeron a mejorar la convivencia humana.


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