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1.2.1 Estructura de un argumento

La estructura de un argumento tiene que ver con la manera en la que se conectan sus elementos. Un argumento está constituido por enunciados, típicamente aseveraciones declarativas a las que también se conoce con el nombre de proposiciones. Podemos reconocer que las proposiciones, a su vez, contienen elementos asociados a su función gramatical —si son sujeto, predicado, objeto directo, indirecto, etc.—, pero lo que interesa destacar es su función lógica. La consecuencia lógica da la pauta para reconocer los elementos lógicos que participan en el paso de las premisas a la conclusión. Los elementos del argumento tienen que ordenarse de tal manera que garanticen —o al menos se aproximen a garantizar— el cumplimiento del paso de las premisas a la conclusión. Por ello es importante reconocer los elementos presentes en las premisas, para ver cómo es que dan sustento a los elementos presentes en la conclusión.

La lógica ha desarrollado instrumentos para poder abstraer el contenido (aquello de lo que se habla en el argumento) y apreciar los elementos que lo integran, así como el orden que guardan dentro de él. Para realizar ese trabajo de abstracción, las herramientas lógicas más eficaces han encontrado un importante apoyo en el uso de símbolos; de hecho, se han estructurado esas herramientas formales en sistemas, los cuales establecen con claridad el lenguaje de signos empleado para realizar el análisis lógico. Aquí no daremos la fundamentación detallada de estas herramientas formales; sin embargo, haremos un uso intuitivo de estos apoyos para poder apreciar la estructura del argumento que estamos examinando. La idea central es tener un tipo de signos para reconocer los elementos variables que se relacionan con el contenido del argumento, y otro tipo de signos para ubicar los elementos lógicos. Sigamos entonces el análisis del argumento inicial.

Partiremos de la siguiente regla: a los elementos variables los podemos sustituir por letras (decimos letras variables de enunciado o de proposición), y dejaremos igual a las partículas constantes que cumplen con una función lógica.

El argumento, como quedó en su análisis más ordenado, tiene un elemento constante tanto en premisas y conclusión. Podemos observar que en cada uno de los enunciados aparecen las expresiones: “si… entonces…”, y entre ellas hay afirmaciones. Para apreciar la estructura del argumento dejaremos intactas estas expresiones constantes y sólo sustituiremos a los enunciados que se encuentran a sus extremos por letras (apegándonos al principio de sustitución uniforme que dice: remplazar todos los lugares en los que aparece el mismo enunciado con la misma letra). El argumento queda del modo siguiente:

tabla
Retirando el contenido variable podemos apreciar mejor la estructura del argumento:

1. Si p entonces q
2. Si q entonces r
Por lo tanto, si p entonces r

Observemos cómo las herramientas lógicas ayudan a realizar el trabajo intelectual de abstracción, el cual permite apreciar con claridad cuál es la estructura que soporta al contenido del argumento. En nuestro argumento hay tres elementos variables: en ambas premisas hay un elemento “q” que es el que permite la transición del elemento “p” al elemento “r” presentes en la conclusión. Esto es posible además por la presencia del elemento lógico constante “si… entonces…” que en la lógica formal es conocido como condicional.

Como apuntamos antes, hay también consideraciones de contenido y contextuales dentro del estudio de un argumento, que ofrecen mayor dificultad para ser sistematizadas. El contenido (es decir, de lo que se habla en cada uno de los enunciados que componen el argumento) tiene que ver con el complejo tema de la verdad; aquí entendemos la noción de verdad de la manera más convencional: la adecuación de lo que dicen las palabras con los hechos. El contexto (ligado a la situación en torno a la cual generamos el argumento) tiene que ver con las circunstancias específicas como son el lugar, el modo y la intención.

Actualmente, la complejidad del contenido y el contexto de los argumentos es estudiada por un tipo de lógica no formal —que se apoya en estudios de retórica y teoría de la argumentación—cuyos resultados están en proceso de ser sistematizados para que tengan una aceptación generalizada. En el tema siguiente, dedicado a la evaluación de argumentos, recuperaremos estas consideraciones. Pero ahora, con lo visto respecto a la consecuencia lógica y la estructura de los argumentos, podemos pasar a ver los distintos tipos de argumentos.


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