conocimientos fundamentales

| español | nuevas formas de leer y escribir en el siglo xxi

| las nuevas tecnologías

Página anterior Página siguiente





7.2 LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Cubierta del sencillo Blue Monday

Cubierta del sencillo Blue Monday, del grupo ingles New Order, diseño de Peter Saville y Brett Wickens, 1983.

Internet puede ayudar a comprender que no hay una buena manera de expresarse, sino tantas buenas maneras como lugares y usos. Todo es cuestión de adecuación.
SERGE TISSERON

Aunque el gran invento de la imprenta es incuestionable y nos ha dado siglos de acceso al saber y al progreso, y seguirá haciéndolo durante muchos años, se puede decir que en este momento la información tiene, en más de un sentido, desdibujados sus límites; los espacios, las fronteras, los límites temporales se reducen cada vez más cuando la información se hace electrónica. Ya no es necesario esperar, por ejemplo, al día siguiente para enterarnos de lo que aconteció en el mundo a través del periódico convencional, sino que podemos acceder a un periódico virtual, a una página electrónica e informarnos de lo que sucede en el mundo, minuto a minuto, en tiempo real.

Es necesario atender al sentido de inmediatez de la comunicación actual, una inmediatez que además se refuerza a diario por el uso de toda clase de imágenes.

Aunque la lectura y la escritura siguen siendo las principales fuentes de información y de construcción del conocimiento, las nociones de leer y escribir son diferentes. Las tecnologías de la información organizan el aprendizaje de otra manera e introducen nuevas formas de atenderlo. Permiten seleccionar con rapidez la información que durante siglos acumuló la humanidad a un ritmo más o menos lento. Sin embargo, lo que importa no es la velocidad con la que se obtiene la información, sino poseer las destrezas para que, en el acceso a la información, se elija la más confiable, la mejor, la congruente y necesaria, ante el mar de superficialidad y dispersión que emana de muchas fuentes electrónicas.

La manera como se accede a la información, las decisiones que se toman, la selección que se hace, es lo que realmente orientará las nuevas formas de leer y escribir, de mirar; nuestra sociedad plantea con claridad las exigencias de una alfabetización científica y tecnológica que vaya más allá de repetir contenidos.

Y es que, como ya se dijo al hablar de textos orales, la comunicación humana se compone de muchos otros factores, de otros elementos del contexto y de la propia subjetividad, que las nuevas tecnologías no ofrecen (por el momento). Aspectos centrales de la comunicación entre seres se recuperan y tienen sentido sólo a través de la interacción; el timbre de voz, el olor, los gestos, la manera de vestir, la pertenencia a un país, a una clase social, los movimientos corporales, la apariencia física, el género y demás, no son significados que una máquina pueda generar en alguien.

Pero las nuevas tecnologías están creando nuevos procesos de socialización y de cultura que influyen a diario en la forma de conocer el mundo, de memorizar, de comprender e interpretar lo que nos rodea, e incluso de dialogar en una virtualidad que poco a poco configura la mente humana de un modo distinto. Las nuevas tecnologías nos permiten leer información textual a la manera tradicional, pero también nos piden leer imágenes, animaciones, sonidos, videos; todo ello, de una manera no secuencial, sino vinculada entre sí por una serie de nexos, de bloques que ofrecen a los lectores diferentes vías, diversos itinerarios, para los cuales es necesario tener toda clase de competencias. Las diferencias entre una mente letrada y una mente virtual pueden apreciarse en el siguiente cuadro de Carles Monereo:


Identidad Concepción dominante Lugar del conocimiento Lenguaje dominante Resultado
Cultura impresa Emigrantes tecnológicos Objetivismo Individual Compartido Verbal Mente letrada
Cultura digital Nativos tecnológicos Relativismo Distribuido Conectado Multiplicidad Mente virtual

Pero como ya se dijo líneas arriba, los riesgos de la proximidad con la tecnología también son varios; el propio Monereo habla de:

Lo anterior, si bien es digno de tomarse en cuenta, no borra las múltiples ventajas que tiene la red en nuestros días ni su importancia como una herramienta de estudio, una herramienta de búsqueda de información que tiene millones de documentos, de textos icónicos o verbales, de sonidos, de animaciones, de videos y demás. Al hacer posible el acceso inmediato a la información desde cualquier tiempo y cualquier espacio, no hay límites en los horarios de consulta para leer y ver toda clase de textos. Así, Internet debe verse como una fuente de información permanente, un sitio que es a la vez espacio de difusión, de discusión, de estudio, pero también de ocio.

Aunque todavía falta tener un mejor acceso a los conocimientos a través de la red, lo que resulta incuestionable es que es un recurso de nuestro tiempo; un recurso plural, democrático, heterogéneo que produce beneficios, pero también puede generar adicción.

El siguiente cuadro de Carles Monereo hace evidentes tanto los valores positivos como los negativos de Internet:

Para no navegar en una serie de imprecisiones, de confusiones, de contenidos infinitos, siempre será necesario que tengamos claro para qué ingresamos en la red. En las actividades cotidianas, es necesario establecer las condiciones relacionadas con una toma de decisiones que respondan a las siguientes preguntas: ¿qué busco? ¿Para qué me sirve? ¿Qué contenido específico de una tarea apoya y con qué nivel de complejidad? ¿Dónde busco la información? ¿Todos los sitios de Internet me dan la misma información y de la misma calidad? ¿Cómo busco la información? ¿Lo hago en los buscadores más conocidos? ¿Voy a un sitio web específico? ¿Me inscribo a un foro académico? ¿Qué clase de información he encontrado? ¿Cómo puedo saber su validez? ¿Cómo la contrasto con otras fuentes de Internet y fuentes bibliográficas o hemerográficas convencionales?

Buscar en la red equivale a tener claro el propósito de la búsqueda, a planificar a partir del propósito, a desarrollar una búsqueda y a revisar los resultados para saber si son idóneos con el propósito y, finalmente, a evaluar los resultados de acuerdo con las consideraciones anteriores.

Inicio de página