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4.2 DEFINICIÓN DE ARGUMENTACIÓN

Defensa de Pablo ante el rey Agripa

Defensa de Pablo ante el rey Agripa, de Giorgio Vasari, 1573.

¿Qué se entiende por argumentar? Argumentar, según la Real Academia Española (2007), significa "aducir, alegar, poner argumentos, disputar, discutir". Como se observa en la definición anterior, argumentar consiste en aportar razones para defender una opinión ya sea en forma oral, visual o escrita. Argumentar es convencer a nuestro receptor para que piense de determinada forma.1 Desde el punto de vista del propósito comunicativo, la argumentación implica un conjunto de estrategias del emisor para modificar el juicio del receptor acerca de determinado problema o para establecer la justeza del punto de vista o conclusión del emisor.2

En el texto anterior, lo que intenta hacer el editorialista es convencer a los lectores de que sí existen prejuicios homofóbicos en casos de impunidad sobre asesinatos de la comunidad gay. Y que, por lo tanto, se debe legislar objetivamente para detener esa impunidad.

Otros autores definen la argumentación como "aquel acto en el que se ofrece un conjunto de razones o de pruebas en apoyo a una conclusión".3 Según Luisa Santamaría, puede definirse de la siguiente forma: "acto por el cual una persona, o un grupo, intenta conducir a un auditorio a adoptar una posición recurriendo a las exposiciones o aserciones dirigidas a demostrar la validez o la fundamentación".4

Cabe preguntarse ¿para qué necesitamos construir argumentos? La respuesta es que, en nuestra vida diaria, académica o laboral, los argumentos se emplean para considerar prioridades, buscar alternativas, resolver problemas, comunicar las ideas con claridad, convencer a otros, demostrar nuestro conocimiento.

Pero, ¿cómo debe hacerse? ¿Qué estructura posee un texto argumentativo?

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