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3.1.3 Caracterización del texto expositivo

Una clasificación de los tipos textuales debe servir para mostrar cómo funcionan los textos, qué rasgos lo definen y cuáles lo diferencian de otros.

De acuerdo con el cuadro previo, se pueden distinguir algunos rasgos del texto expositivo, también llamado explicativo, así como algunos de sus géneros.


Características generales del texto expositivo

En el texto de las páginas siguientes (pp. 52-55) , se advierten algunas de las características propias del texto expositivo:


Estructura y organización textual

La mayoría de los textos expositivos se estructuran en tres partes:

1. Introducción. Presenta el tema y el punto de vista del autor o de su comunidad científica.

2. Cuerpo de la explicación, también llamado desarrollo. En esta parte se establecen las relaciones entre las ideas nuevas y las informaciones previas. Es una parte de la organización textual en la que con frecuencia se recurre a las ejemplificaciones, los resúmenes o las analogías, entre otros recursos.

3. Conclusión. Muestra una visión del conjunto del tema o problema abordado.

Tanto las características generales del texto expositivo como su organización o estructura, más o menos canónica, "están al servicio de la obtención de nuevos aprendizajes, nuevos conocimientos tanto conceptuales como del mundo, de la realidad que nos circunda".1 Los lectores de textos expositivos realizan una actividad mental que los aproxima lo más posible a la del emisor del texto; se asume que los lectores colaboran en la construcción de lo que leen puesto que comparten algunos conocimientos con el autor. El texto expositivo tiene una organización de tipo lógico respecto a otras formas de organización, la cronológica o la espacial, propias del texto narrativo.

Los llamados textos de divulgación requieren de una lectura más lenta, una lectura que casi no permite ni las predicciones ni demasiadas inferencias, aspectos de vital importancia para otra clase de textos.

En un texto expositivo, la construcción de sentido que hace el lector en colaboración con el autor depende casi por completo de las palabras escritas y de la competencia de quien lee para establecer significados.

A continuación se presenta un esquema del texto expositivo que destaca su estructura y sus propósitos:

De acuerdo con el esquema anterior, el texto expositivo, los textos didácticos y científicos en general, se ajustan a tres fases:

Fase de cuestionamiento + fase resolutiva + fase conclusiva

Con la lectura del texto de las siguientes páginas (57-60), se puede advertir cómo se relaciona la información con el esquema anterior así como varias de las características del texto expositivo.

De ninguna manera deben verse, ni los conocimientos, ni los aprendizajes, como poco profundos o poco serios, sino simplemente estructurados de acuerdo con el nivel del lector para que éste organice el conocimiento de un modo sistemático y coherente.

Un libro de texto, por ejemplo, es un transmisor de conocimientos y, por lo tanto, su función primordial es aportar a quienes lo leen no sólo información, sino también modelos que ayuden en la interpretación y elaboración de otros conocimientos.

Un texto expositivo (como el libro de texto, la enciclopedia, las revistas de divulgación científica) debe aportar información nueva, completa, estructurada de acuerdo con el currículo. De la misma manera, debe contener información relevante que se relacione con la vida cotidiana de los lectores, con su contexto social.

El texto expositivo, entre muchas otras características, al tiempo que elabora conocimiento, también hace conocimiento. Los textos expositivos permiten comprender un hecho o fenómeno, así como aprender y tener herramientas para interpretar, discutir, elaborar, comparar, argumentar, aplicar, contrarrestar, dialogar, rebatir.

 

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