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TEMA 4. EL ARTE EN MARCHA: LA HUMANIDAD PRODUCE ARTE

4.1 LOS FINES DEL ARTE


Una de las discusiones más largas y activas que han tenido lugar en el campo de las artes es la de su finalidad. En la historia de la cultura occidental se trata de una pregunta clave: su presencia durante la modernidad da cuenta de un diseño social, de la misma manera que su reenfoque durante la posmodernidad acusa un cambio cualitativo en las relaciones sociales y los proyectos que dirigen la cultura.

Desde el siglo XVIII, cuando el arte se concibe como un objeto con desarrollo histórico, sujetos, prácticas, productos, espacios y nexos con el resto de los objetos culturales y sociales, no ha dejado de indagarse acerca de los fines del arte. Sin embargo, la perspectiva desde la cual se plantea la pregunta y, en consecuencia, el marco para responderla, han cambiado de manera sustantiva de la modernidad a la posmodernidad. Así, mientras en la modernidad la pregunta pretendía llegar a la esencia del arte, en el momento actual admite varias respuestas, independientemente de la consistencia que tengan entre sí.

Cuando en la modernidad se preguntaba la finalidad del arte, se perseguía una respuesta unívoca, categórica, definitiva e irrefutable, merced a la cual el universo de las artes pudiera verse como algo estable, cerrado, incluso susceptible de control y predicción. Se pretendía encontrar lo esencial del arte, aquello que fuera útil para delimitar lo que es arte de lo que no lo es. Hoy, en cambio, no se espera más que una respuesta transitoria, capaz de una caracterización particular válida en un contexto específico, pues se asume que el campo de las artes se reconfigura constantemente, como sucede con los demás ámbitos del quehacer humano.

La idea de lo esencial —que pone en deuda a la modernidad con Aristóteles— demandó un constante esfuerzo para elucidar el arte. Como resultado se produjo una gran cantidad de conocimiento acerca de este campo como categoría genérica, y de las artes como categorías específicas, pero hasta el final de la modernidad subsistió el interrogante acerca de la finalidad del arte.

La historia del arte occidental y la de su estética muestran cómo las respuestas construidas durante el lapso que va desde el siglo XVIII al primer tercio del siglo XX se proyectan en varias direcciones, a veces encontradas, y cómo nunca logran englobar la diversidad de manifestaciones y propósitos que concitan las obras artísticas. En cierta medida, la idea de que el arte es inasible surge de este hecho.

Una revisión del conocimiento producido durante la modernidad muestra que algunas de las respuestas pretendieron encontrar la finalidad del arte en un plano metafísico. La cuantiosa producción de arte religioso alimentó esta idea, de la misma manera que lo hizo la convicción de que el artista representaba un ser excepcional tocado por la divinidad. Otra constante aseveración se refiere a la necesidad de evasión del ser humano desde el punto de vista colectivo e individual. Una tercera respuesta atribuye al arte la finalidad de representar la realidad, y una más plantea que el arte sublima los estados mórbidos del ser humano.

La perspectiva que se adopta en este apartado es que el arte no posee una finalidad al margen de la voluntad de quien lo produce y de quienes toman parte en su circulación. Es decir, se parte de que el arte no constituye una entidad autónoma, con su propia e independiente finalidad. En consecuencia, se hablará de finalidades, en plural, como corresponde a un objeto social que se gesta en distintos contextos y circula por diferentes medios, momentos y circunstancias. Asimismo, la perspectiva adoptada nos conduce a plantear las finalidades del arte como atribuciones y no como propiedades. O sea: es la sociedad, por medio de sus actores, la que atribuye finalidades al arte, y no éste al objeto que las posee de por sí como resultado de una inmanencia. Con base en lo anterior es que se atribuyen al arte fines asociados a la cultura, fines vinculados a la educación, fines relacionados con la sociedad y fines ligados a la política.


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