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1.3.7 Proceso de evaluación de argumentos

Hemos visto los criterios mínimos para evaluar argumentos. En el siguiente tema profundizaremos en los errores en la argumentación que están claramente tipificados y que reciben el nombre de falacias.

Es suficiente con detectar una falla en cualquiera de los criterios señalados para poner en duda el argumento que se esté considerando. Pero hay que tener un cuidado especial cuando se evalúan criterios relativos al contenido o al contexto, porque éstos son elementos variables, es decir, las fallas que se presenten en un argumento específico —por las cuales merece ser cuestionado— pueden no ser las mismas que se adviertan en otro. Incluso, lo que en un contexto puede ser visto como una falla argumentativa, puede no serlo cuando se ubica en un contexto diferente.

Más allá de estas observaciones, la estrategia de evaluación que se puede seguir es analizar si el argumento falla en cualquiera de los criterios que hemos visto aquí. Cuando tenemos un argumento que sí satisface cada uno de los criterios señalados, estaremos legitimados para decir que estamos ante un buen argumento; incluso podemos afirmar que se trata de un argumento sólido. 


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